Su ubicación en un viejo caserón del casco antiguo construido a finales del siglo XIX, el apoyo incondicional en momentos clave de nuestro artista José Lucas y la muy singular personalidad de su propietaria, Paquita Serrano, han hecho historia en Cieza con una amplia repercusión a nivel nacional. Las salas de la "Galería Efe Serrano" han acogido exposiciones de Pepe Lucas, Miguel Valverde, Molina Sánchez por poner solo algunos ejemplos; y muestras temporales de Salvador Dalí, Pablo Picasso, Antoni Tàpies, Joan Miro, Antoní Calvé, Granados Valdés, Barceló y del gran pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamin. En la "Galería Efe Serrano" brillan con luz propia los nombres de Rafael Alberti, Miguel Hernández y Federico García Lorca… Pinturas, esculturas, grabados, dibujos, libros, catálogos y miles de detalles han llenado y llenan sus paredes y rincones convirtiéndola casi en un museo. Ahora acaba de celebrar sus 14 años de historia con la exposición “14 años con arte”.
Para nuestro Pepe Lucas, Paquita es una mujer que se ha hecho a sí misma, desde cero, desde su casi inexistente poso cultural, solamente desde su intuición, ha desarrollado toda su actividad profesional a la que ha dedicado toda su vida con un modo muy particular de entender el arte, siempre de espaldas a las reglas establecidas. Según sigue dicienco Pepe Lucas, Paquita es una buena comerciante, enmarcadora y amante del arte pero no una galerista.
Paquita tiene muy claro que no es una galerista: yo vivo de vender obras de arte y de poner marcos a los cuadros. Desde muy temprana edad ha trabajado en todo lo que ha podido para comer; como ella misma dice, podría haber sido cualquier cosa y tener cualquier oficio. Ha sido montadora de cuadros por el oficio del abuelo de su marido; se lo debo todo a Ricardo, mi marido. Esta profesión me atrajo especialmente pues me permitía estar en contacto directo con los demás, poder ser útil dándoles mi opinión, mi punto de vista y haciendo que sus casas estuvieran mejor. Una vez que te metes en este mundo y entras en contacto con los artistas, resulta difícil dejarlo, a veces parece un sueño; me constará dejarlo aunque sé que lo tengo que dejar. Aunque Pepe Lucas dice que un artista no se jubila, yo no me considero en absoluta artista; este es mi trabajo; soy Paquita la los cuadros. Pero, sin lugar a dudas, Paquita es mucho más que "Paquita de los cuadros".
Paquita es una persona poco común que no termina de encajar ni en su tiempo ni en su espacio. Profundamente soñadora, empeñada en encontrar espacios de libertad. Es una luchadora que se ha metido en este mundo por pura casualidad, pero en el que se siente profundamente cómoda. Este espacio no lo tengo por el afán de ser galerista. No soy ni me considero galerista; lo que sí que es cierto es que voy creciendo y madurando personalmente en este mundo y en este trabajo; me gusta ir por libre, sentirme libre, que no me sujeten; soy una persona que gracias a esto ha conocido a mucha gente y a muchos artistas que me han aportado mucho y de los que he aprendido; este trabajo me ofrece la posibilidad de conocer a mucha gente. Es una mujer con muchos sueños y proyectos la mayoría relacionados con el mundo del arte. Su tenacidad ha hecho posible que muchos de esos sueños se hayan hecho realidad. Una mujer capaz de hablar de Alberti y de su obra, emocionándose al repasar sus poemas y su afición por la pintura.
La casa se divide en dos espacios aparentemente bastante similares pero para Paquita perfectamente diferenciados vitalmente: su galería y su casa. En la tercera planta tiene su casa; es mi boardilla, su auténtica casa, donde se refugia para disfrutar de la vida, para vivir y para soñar; allí cada cuadro, cada escultura y cada detalle tiene su historia y su vida propia, es la historia de Paquita que hace que todo tenga sentido; es donde Paquita se olvida de todo; se evade de los muchos problemas de la vida; es un refugio que me permite encontrarme conmigo misma. Hasta la forma de hablar cambia de un espacio a otro.
Todos soñamos, todos tenemos muchos sueños y proyectos, pero pocos son los que pueden convertir sus sueños en realidad y muchos menos los que hacen que esa realidad dure 14 años. Paquita lo ha conseguido. Ahora le quedan cinco años para jubilarse y su sueño es dejar la Casa en buenas manos.
1 comentario:
¡Qué bien!, Conrado, que has sacado a Paquita en tu blog. Es una mujer digna de admiración, y Ricardo, pues detrás de una gran mujer siempre hay un gran hombre.
Yo recuerdo a Paquita, muy joven, en sus albores profesionales en la Cuesta de la Villa nº 7, frente a la casa de mis padres, cuando la visitaban en su taller artistas y marchantes, como Hipólito Molina, un hombre que poseía una vasta cultura general de rebotica que no la saltaba un galgo.
Enhorabuena y me alegro por ella.
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