Un año más se buscan familias españolas que acojan este
verano a niños saharauis entre nueve y trece años. Es el programa Vacaciones en Paz 2019 que en la región de Murcia gestiona la
asociación Sonrisa Saharauí. Son niños que gran parte del año viven en
los campamentos refugiados saharauis situados en el sur de Argelia,
cerca de Tinduf, en pleno desierto del Sáhara. Sus familias se
encuentran allí acogidos como refugiados desde 1975.
El Programa
Vacaciones en Paz hace posible desde 1991 que los niños saharauis en el
exilio puedan vivir durante los meses de julio y agosto una vida
diferente acogidos en hogares de familias españolas. El pueblo Saharaui
forma parte de ese grupo de pueblos sin tierra, que por motivos
políticos han sido arrancados de sus orígenes y buscan poder tener de
nuevo ese derecho. Es una situación insostenible que dura ya casi 40
años y que afecta a más de 300.000 personas; 60.000 niños dependen de la
solidaridad internacional y lo peor es que los intereses económicos y
políticos y la hipocresía internacional hacen que no haya perspectivas
de solución a corto o medio plazo y que el futuro de estos niños sea
totalmente incierto y, lo más terrible, sin esperanza.
Estos niños
dejan a tras el desierto más duro del mundo: la Hamada en el sur de
Argelia; es un lugar inhóspito, donde se alcanzan en verano los 55 ºC y
donde no existía ningún tipo de vida hasta la llegada de este pueblo.
Son más de 200.000 refugiados que desde 1975 viven desplazados de su
tierra. Desde hace casi 40
años esta población sobrevive en condiciones durísimas en la parte más
inhóspita del desierto, dependiendo de la solidaridad internacional,
principalmente del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR), Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), Programa
Mundial de Alimentos (PMA) y de las ONGs. Y desde hace 28 años el
programa Vacaciones en Paz ocupa un lugar muy destacado. Durante estos
dos meses los niños saharauis conocerán otra cultura, aprenderán
un idioma, se alejarán de los rigores del desierto, pasarán las
revisiones médicas habituales para niños de su edad, etc. Pero no se
trata solo de una actividad humanitaria, es también un apoyo a la causa
saharaui. Una causa que al dilatarse en el tiempo hace que los focos de
la atención internacional se vayan apagando poco a poco. Esta entrada
pretende ser una pequeña luz.
Para toda mi familia fue una experiencia
inolvidable. Fueron cuatro años con un niño pequeño que se llamaba
Alali Móháméd Móúlud que paso a ser uno más de la familia. Llegoó con
apenas nueve años en 2008 y repitió todos los veranos hasta los 13. Hoy
ya es un joven saharaui apunto de formar una familia y de tener hijos
que si nadie lo remedia vendrán a España en verano.
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Hace 2 días