lunes, 27 de enero de 2025

Un premio al espíritu universitario y los valores humanos

Hoy ha sido un día realmente especial para mi. Como profesor jubilado de la Universidad de Murcia, he asistido al solemne acto académico de Santo Tomás de Aquino, una ceremonia llena de tradición y significado que evoca en mí muy buenos recuerdos de los muchos años que he participado en ella. La jornada ha estado repleta de momentos emotivos, desde la lección magistral impartida por la catedrática Antonia Martínez Pérez, hasta la entrega de distinciones a profesores y a estudiantes por su excelencia académica y las medallas de Oro a Diego Marín Marin y a Juan Antonio Pedreño Frutos... Pero para mí, lo más emocionante, sin duda, ha sido presenciar la entrega del Premio Rector Loustau a Matías Balibrea, jefe de servicio de Relaciones Internacionales ya jubilado.

Ver la emoción en su rostro al recibir el galardón ha sido realmente conmovedor. No es para menos, pues Matías es el primer miembro del PAS en recibir este premio, que hasta ahora solo se había otorgado a profesores, lo que subraya aún más la importancia de este reconocimiento a su trayectoria.

Conozco a Matías desde hace muchos años. Como profesor de la Universidad de Murcia, he tenido la oportunidad de colaborar con él en numerosas ocasiones, y siempre me ha impresionado su capacidad para gestionar grupos humanos, creando equipos cohesionados y motivados. En Matías, la profesionalidad y el rigor en la gestión se combinaban siempre con una calidad humana excepcional. Sabía resolver cualquier problema o trámite con diligencia y eficacia, pero siempre con una sonrisa y con una atención personalizada que te hacía sentir valorado y escuchado. Durante los cuatro años en que coincidimos en el Vicerrectorado de Relaciones Internacionales, él como Jefe de Servicio y yo como Vicerrector, pude apreciar aún más su valía. Matías es una persona que vive la universidad con pasión, que cree en su potencial transformador y que ha contribuido enormemente a su internacionalización.

Su labor ha sido fundamental para que la UMU sea hoy una institución abierta al mundo, con una amplia red de colaboraciones internacionales y un programa Erasmus de excelencia. Recuerdo con cariño las conversaciones que manteníamos sobre los retos y las oportunidades de la internacionalización, siempre con la mirada puesta en el futuro de la universidad.

El Premio Rector Loustau es un merecido reconocimiento a su trayectoria. Me alegra que la Universidad de Murcia haya querido destacar su "espíritu universitario y valores humanos", algo que quienes lo conocemos podemos corroborar. En su discurso de agradecimiento, con la humildad que le caracteriza, Matías ha hecho extensivo el premio a todo el personal de administración y servicios de Relaciones Internacionales. Y es que quienes conocemos a Matías sabemos que su "espíritu universitario y valores humanos" van más allá de su capacidad de diálogo y su talante conciliador; él es un ejemplo de dedicación, compromiso y pasión por la universidad, algo que se ha hecho patente en su labor para la internacionalización de nuestra universidad.

Quiero aprovechar este espacio para darle mi más sincera enhorabuena, Matías. Es un orgullo haber compartido con él tantos años en la Universidad de Murcia y haber sido testigo de tu entrega y profesionalidad. Le deseo todo lo mejor en esta nueva etapa.

sábado, 25 de enero de 2025

Un nuevo orden mundial: desafíos y oportunidades

Este sábado he tenido la oportunidad de asistir a la mesa redonda "Desafíos ante el nuevo orden mundial. Riesgos y retos geopolíticos y económicos para 2025", organizada por la Fundación Mariano Ruiz-Funes en Murcia. El evento ha reunido a un panel de expertos de primer nivel, incluyendo al periodista Carlos Franganillo, al catedrático Duarte Nuno Vieira, al cónsul Jaime González Castaño y al capitán de fragata Federico Aznar, moderados por el director de La Verdad, Alberto Aguirre de Cárcer.

El salón de actos de Cajamar en Murcia ha registrado un lleno absoluto, con la presencia de las máximas autoridades académicas de la región, lo que demuestra el gran interés que despierta este tema.

Quiero comenzar felicitando a María Teresa Calvo, presidenta de la Fundación Mariano Ruiz-Funes, por la excelente organización de este encuentro. La selección de ponentes, la experta moderación de Aguirre de Cárcer y la atmósfera generada contribuyen a que la jornada haya sido un éxito rotundo.

La jornada ha sido un espacio de reflexión sobre la complejidad del mundo actual y los desafíos que enfrentamos
en diversos ámbitos, desde la geopolítica y la economía hasta la cultura y la tecnología. En este contexto, las palabras de Don Carlos Franganillo Hernández han resonado con fuerza. El reconocido periodista ha afirmado que "estamos ante una Europa más débil y fragmentada que hace una década", y ha señalado que los antecedentes de esta situación se remontan a la crisis de 2008 y al impacto en las comunicaciones de la aparición del móvil. Según Franganillo, estos eventos han contribuido a alterar el equilibrio que se mantenía desde la Segunda Guerra Mundial.

Por su parte, Don Duarte Nuno Vieira, catedrático de Relaciones Internacionales, ha puesto el acento en la multipolarización del mundo, con el auge de China como potencia global. "El orden mundial ha cambiado", ha sentenciado, y ha añadido que este cambio, aunque inevitable, también debe ser visto como una fuente de nuevas oportunidades.

La participación online de Don Jaime González Castaño, cónsul de España en Irán, ha aportado una valiosa perspectiva sobre Oriente Medio. "En Oriente Medio nada es lo que parece", ha advertido, señalando la complejidad de la región y la dificultad de interpretar los acontecimientos. A pesar de las apariencias, González Castaño considera que se abre un tiempo para nuevas alianzas.

No puedo dejar de destacar la labor de Don Alberto Aguirre de Cárcer como moderador de la mesa. Su experiencia y profesionalidad han sido claves para conducir el debate de forma fluida y dinámica, propiciando un intercambio de ideas enriquecedor entre los ponentes. Aguirre de Cárcer ha sabido introducir los temas con precisión, formular preguntas pertinentes y gestionar el tiempo con eficacia, contribuyendo de forma decisiva al éxito de la jornada.

Desde mi posición como presidente de la Fundación Los Álamos del Valle de Ricote, me preocupa especialmente el impacto que estos desafíos globales tienen en el desarrollo local y regional. El Valle de Ricote, con su rica historia y patrimonio cultural, no es ajeno a las dinámicas globales. La crisis energética y la crisis hídrica, por ejemplo, afectan directamente a nuestros agricultores y empresas, mientras que la inestabilidad geopolítica puede impactar en el comercio. 

Considero que es fundamental promover una visión de desarrollo sostenible que tenga en cuenta los desafíos globales y busque soluciones locales. Debemos apostar por la innovación, la formación y la cooperación para fortalecer nuestro tejido económico y social. Además, es crucial preservar nuestro patrimonio natural y cultural, que constituye un activo fundamental para el futuro del Valle.

Me ha llamado especialmente la atención la intervención del capitán Aznar, quien describe un escenario geopolítico incierto y volátil, marcado por la competencia entre grandes potencias y el riesgo de conflictos regionales. Sus palabras me hacen pensar en la importancia de construir puentes de diálogo y cooperación, incluso en tiempos de tensión. Desde la Fundación Los Álamos, estamos comprometidos con la promoción de la cultura de paz y la convivencia intercultural.

Por otro lado, el análisis del cónsul González Castaño sobre la situación en Oriente Medio me recuerda la complejidad de los conflictos en la región y la necesidad de buscar soluciones pacíficas a través del diálogo y la diplomacia. En un mundo globalizado, los problemas de una región nos afectan a todos. 

Creo que es importante que desde las instituciones locales y regionales se impulsen políticas que ayuden a mitigar el impacto de estas crisis en la población.

En definitiva, la jornada ha sido una experiencia enriquecedora que me permite profundizar en los desafíos que enfrenta el mundo actual y reflexionar sobre cómo estos impactan en el Valle de Ricote. Salgo del evento con una mayor conciencia de la complejidad de la realidad geopolítica y económica, y con la convicción de que es necesario un esfuerzo conjunto para construir un futuro más justo y pacífico, tanto a nivel global como local.

En un mundo en constante cambio, eventos como este son fundamentales para promover el diálogo y la reflexión. Espero que la Fundación Mariano Ruiz-Funes continúe organizando iniciativas de este tipo, que contribuyen a un mejor entendimiento de la realidad y a la búsqueda de soluciones a los problemas que nos afectan a todos.


En momentos de incertidumbre y transformación como los que vivimos, es más importante que nunca apostar por el diálogo, el encuentro de ideas y la reflexión crítica como pilares básicos de la convivencia. Solo a través del entendimiento mutuo y la cooperación podremos afrontar los desafíos globales y construir un futuro más justo y sostenible para todos

sábado, 18 de enero de 2025

Un viaje en el tiempo: La magia del ferrocarril revive en el Museo de Siyâsa

La estación de Cieza celebra su 160 aniversario con una fascinante muestra ideal para visitar en familia o con los colegios, que nos transporta a la infancia y nos recuerda la importancia del ferrocarril en nuestra historia.

¡Me ha fascinado la muestra "160 aniversario de la estación de Cieza" inaugurada ayer tarde en el Museo de Siyâsa! Comisariada por Matías Gómez Romero y coorganizada por la Asociación Murciana de Amigos del Ferrocarril y el Museo de Siyâsa, esta exposición es una maravilla para los amantes del ferrocarril y para todo aquel que quiera revivir la magia de los trenes. Ideal para visitar en familia o experiencia didáctica para los colegios, la muestra ofrece una experiencia educativa y divertida para todas las edades.

Lo primero que llama la atención al entrar en la sala es una gigantesca maqueta. Es como un Scalextric a lo grande, con trenes en miniatura que recorren las vías y se paran en las estaciones, emitiendo el característico traqueteo de las ruedas y el nostálgico pitido de la locomotora. Verlos en movimiento transporta a la infancia, a esos momentos mágicos en los que jugábamos con trenes, imaginando viajes y aventuras.

Pero la muestra ofrece mucho más que esta impresionante maqueta. A través de fotografías de época, podemos recorrer las distintas estaciones de la región y admirar las diferentes locomotoras que han circulado por nuestras vías a lo largo de la historia. Además, se exhiben objetos relacionados con el mundo del ferrocarril, como señales y uniformes de maquinistas, que nos acercan a la vida cotidiana de este medio de transporte.

La exposición tiene un enorme valor pedagógico, ya que nos acerca a la historia del ferrocarril de una forma amena y divertida. Nos permite comprender la importancia que tuvo en el desarrollo económico y social de la región, y cómo contribuyó a conectar a las personas y a transportar mercancías.

Más que la historia del ferrocarril, la muestra nos habla de nuestra propia historia. Nos recuerda la magia del tren que sentíamos de niños, esa emoción que aún hoy perdura y que se reflejaba en buena parte de los rostros de los asistentes. Es una invitación a redescubrir el romanticismo de los viajes en tren, la nostalgia de las estaciones y la belleza de las locomotoras.

Volveré con más tranquilidad al Museo de Siyâsa a ver esta fascinante muestra. Es un viaje en el tiempo en el que se revive la emoción del ferrocarril y nos recuerda la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico.


sábado, 28 de diciembre de 2024

De la novela a la realidad: Shirin Klaus inspira un proyecto de 'cohousing' en Cieza

Yack y Sara, actuales propietarios de la finca El Madroñal, han decidido donar estos terrenos en memoria del abuelo Miguel, quien cuidó este paraíso durante generaciones. Su generosidad hará posible "El sueño de una vida", un proyecto de 'cohousing' para mayores que transformará la finca en un vergel, ¡recuperándola en su integridad tal como era en sus mejores tiempos! Las obras comienzan el 1 de marzo. 

 Este proyecto pionero no solo construirá viviendas, sino que devolverá el esplendor a este espacio natural emblemático.  Imagina 26 casitas acogedoras de 60 m2, con dos dormitorios, pensadas para la comodidad y la accesibilidad, con amplios ventanales que ofrecen vistas al vergel, terrazas privadas donde disfrutar del aire libre, ¡y domótica para controlar la iluminación, la temperatura y la seguridad con un solo toque!

Pero "El sueño de una vida" es mucho más que un conjunto de viviendas, ¡es una comunidad! Para compartir con los vecinos, se crearán espacios de ensueño:

  • Piscina naturalizada rodeada de vegetación.
  • Gimnasio al aire libre con vistas al paisaje.
  • Salón social con chimenea para charlar o disfrutar de actividades en grupo.
  • Biblioteca con un rincón de lectura con vistas al jardín.
  • Talleres de pintura, cerámica, carpintería...
  • Huerto ecológico comunitario para cultivar y compartir la cosecha.
  • ¡Y un anfiteatro al aire libre para disfrutar de conciertos y cine bajo las estrellas!

Y para que este entorno se mantenga siempre cuidado y radiante, un Centro Especial de Empleo de la asociación ciezana "Tocaos del Ala" se encargará de su mantenimiento.  ¡Una iniciativa que genera empleo y promueve la inclusión social!

Y seguro que Shirin Klaus, autora de la novela que inspiró este proyecto, se sentirá inmensamente feliz al ver cómo "El sueño de una vida" ha servido para convertir en realidad lo que empezó siendo ficción.  ¡Un sueño hecho realidad gracias a la generosidad de Yack, Sara y al recuerdo del abuelo Miguel!

P.D.: ¡Feliz Día de los Santos Inocentes!  Aunque hoy juguemos con la realidad, ojalá esta noticia inspire proyectos que mejoren la vida de las personas mayores y que sean plenamente respetuosos con el medio.

miércoles, 25 de diciembre de 2024

La trampa de la coherencia ajena: un camino hacia la intolerancia en la era digital

 A menudo nos encontramos juzgando la coherencia de los demás. Observamos sus acciones, escuchamos sus palabras y, casi sin darnos cuenta, las comparamos con nuestros propios valores y creencias. Si encontramos discrepancias, rápidamente los etiquetamos como "incoherentes". Pero, ¿es justa esta evaluación?

 La realidad es que la coherencia es un concepto complejo con dos caras: una interna y otra externa. La coherencia intrínseca es la que buscamos para nosotros mismos, esa armonía entre nuestros pensamientos, sentimientos y acciones que nos da paz interior. La coherencia extrínseca, en cambio, es la que percibimos en los demás, y aquí es donde radica el problema.

 Juzgar la coherencia ajena desde nuestra propia perspectiva es como intentar resolver un puzzle con las piezas equivocadas. Cada individuo tiene su propia historia, sus propias experiencias y sus propios valores que moldean su forma de actuar y pensar. Lo que para nosotros puede parecer incoherente, para otro puede ser la respuesta más lógica a sus circunstancias.

 Y aquí es donde el problema se agudiza: cuando creemos que nuestra manera de pensar es la única correcta. Cuando nos aferramos a nuestras creencias con la convicción de que poseemos la verdad absoluta, la coherencia ajena se convierte en una amenaza. Si alguien no se ajusta a nuestros parámetros, lo percibimos como un desafío a nuestra visión del mundo.

Esta rigidez mental, llevada al extremo, nos conduce inevitablemente a la intolerancia. Nos cerramos al diálogo, al intercambio de ideas, a la posibilidad de aprender de otras perspectivas. Nos convertimos en jueces implacables de la conducta ajena, incapaces de comprender la diversidad y la riqueza que se esconde tras las diferentes formas de pensar y actuar.

 Y este problema se ve agravado en el mundo actual, donde la intolerancia parece ir en aumento, especialmente en el entorno digital. Las redes sociales, si bien tienen el potencial de conectar a las personas, también han contribuido a la polarización y al auge de la intolerancia. Los algoritmos que nos encierran en "cámaras de eco", la desinformación que se propaga a gran velocidad, el anonimato que fomenta la desinhibición y la cultura del "me gusta" que premia las posturas extremas, son algunos de los factores que agudizan el problema.

 Caemos en la trampa de la coherencia ajena cuando:

  •  Esperamos que los demás actúen como nosotros lo haríamos. Olvidamos que cada persona tiene su propia brújula moral y su propia forma de afrontar las situaciones.
  •  Juzgamos sin conocer el contexto. Las apariencias engañan, y a menudo hay razones ocultas detrás de las acciones que consideramos incoherentes.
  •  Utilizamos la "incoherencia" como arma arrojadiza. En lugar de intentar comprender, señalamos con el dedo y condenamos, creando barreras y conflictos innecesarios.
  •  Nos creemos poseedores de la verdad absoluta. Esta arrogancia nos impide ver la coherencia en la diversidad y nos empuja hacia la intolerancia.
 
Es crucial recordar que todos, en el fondo, buscamos esa coherencia interna que nos permita vivir en armonía con nosotros mismos. En lugar de juzgar, deberíamos esforzarnos por comprender. Preguntar, escuchar, empatizar. Cultivar la humildad intelectual y aceptar que nuestra visión del mundo es solo una entre muchas.
 
La próxima vez que estemos a punto de juzgar la coherencia de alguien, recordemos que no tenemos acceso a la totalidad de su puzzle. En lugar de condenar, abramos la puerta a la comprensión. Tal vez descubramos que, en el fondo, todos buscamos lo mismo: vivir en paz con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Y que la verdadera riqueza reside en la diversidad de caminos que podemos tomar para alcanzar esa meta.

domingo, 22 de diciembre de 2024

La seducción: un arte inherente al ser humano

La seducción, ese baile sutil de atracción e influencia, es una constante en la vida humana. Se manifiesta en cada esfera de nuestra existencia, desde las relaciones personales hasta las interacciones sociales, las estrategias políticas y, por supuesto, el ámbito amoroso. Lejos de ser una habilidad reservada para unos pocos, la seducción es un componente intrínseco a nuestra naturaleza, una forma de comunicación que nos permite conectar con los demás, expresar nuestros deseos y navegar por el complejo mundo de las relaciones interpersonales.


Cada individuo posee un estilo propio de seducción, una huella digital que se forja a través de su personalidad, experiencias y valores. Algunos seducen con la mirada, otros con la palabra, algunos con su humor y otros con su inteligencia. En este sentido, la seducción se convierte en una herramienta de expresión personal, una forma de mostrar al mundo quiénes somos y qué buscamos.


Sin embargo, es crucial distinguir entre la seducción auténtica y la manipulación. La verdadera seducción se basa en el respeto, la honestidad y la empatía. No se trata de engañar o controlar al otro, sino de crear una conexión genuina, un espacio de confianza donde la vulnerabilidad y el deseo se entrelazan. Cuando la seducción se utiliza para fines egoístas, se corrompe su esencia y se convierte en un instrumento de poder que puede causar daño.


En un mundo saturado de información, donde abundan las "fórmulas mágicas" para el éxito social y amoroso, es fundamental recordar que la conexión genuina no se construye con trucos o engaños. Se basa en la autenticidad, la escucha activa y el interés genuino por el otro.


Cultivar una seducción sana implica desarrollar la inteligencia emocional, la autoconciencia y la capacidad de establecer vínculos auténticos. Implica reconocer y respetar los límites del otro, comunicarse con transparencia y construir relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo.


En definitiva, la seducción es un arte que se aprende y se perfecciona a lo largo de la vida. Es una danza que nos invita a conectar con nuestra propia esencia y con la de los demás, a construir puentes de entendimiento y a celebrar la riqueza de la interacción humana.

jueves, 19 de diciembre de 2024

Las dos caras del "buenísimo": una apuesta por la empatía y el diálogo

 La palabra " buenísmo" se suele utilizar peyorativamente para calificar una actitud de que todo vale. Pero tiene otra acepción, que para mí es muy importante, ligada a un visión positiva.

Es cierto, la palabra "buenismo" suele utilizarse con una connotación negativa, casi como un sinónimo de ingenuidad o excesiva tolerancia, dando a entender que quien la practica es alguien iluso que ignora la realidad del mundo. Se asocia a la idea de que "todo vale" y que cualquier comportamiento, por reprochable que sea, debe ser justificado o disculpado.

Sin embargo, el "buenismo" también puede entenderse desde una perspectiva mucho más positiva y enriquecedora. Para mí, está ligado a la confianza en la bondad innata del ser humano, a la creencia en su capacidad de cambio y mejora. Implica una actitud de apertura al diálogo y la comprensión, buscando siempre el entendimiento y la reconciliación, incluso en situaciones de conflicto.
Este "buenismo" positivo no se trata de ser ingenuo o tolerar lo intolerable, sino de apostar por la empatía, la compasión y el perdón, de creer en la posibilidad de construir un mundo mejor a través del respeto y la colaboración. Es una visión que rechaza el cinismo y la desesperanza, y que se atreve a soñar con una sociedad más justa y solidaria.

En definitiva, el "buenismo" puede ser un arma de doble filo. Dependiendo del uso que se le dé, puede llevar a la inacción y la permisividad, o bien convertirse en un motor de cambio social positivo. Creo que es importante reivindicar esta segunda acepción, la del "buenismo" como una fuerza constructiva que nos impulse a ser mejores personas y a crear un mundo más humano.

jueves, 3 de octubre de 2024

Un viaje por el corazón de Europa Central: Descubriendo los encantos de Praga y Budapest

DÍA 1 (23/9/24): COMIENZA EL VIAJE. DESDE CIEZA HASTA PRAGA

La emoción del viaje se mezclaba con el cansancio del madrugón cuando partimos de Cieza a las tres de la mañana, rumbo al aeropuerto de Madrid-Barajas.

Una vez en Barajas, todo fue como la seda. Facturamos, recogimos nuestros billetes y, en un abrir y cerrar de ojos, estábamos volando hacia Praga. Aterrizamos a media tarde y nos trasladamos al céntrico hotel Majestic Plaza Prague. La habitación era espaciosa y la cama, enorme, prometía dulces sueños. La verdad es que no tuvimos tiempo de ver la televisión, así que la ausencia de canales en español no fue un problema.

Aprovechamos la tarde para visitar la biblioteca Carlos Fuentes del Instituto Cervantes, a pocos pasos del hotel. El trato del personal fue exquisito, haciéndonos sentir bienvenidos desde el primer momento. Dejamos un ejemplar de "El sueño de una vida" de Shirin Klaus como recuerdo de nuestro paso por Praga, y disfrutamos de un momento de tranquilidad en este rincón de cultura española en el corazón de la ciudad.

Al caer la noche, nos lanzamos a explorar la ciudad. Comenzamos con una cerveza en una terraza privilegiada, a los pies del Reloj Astronómico. Observar cómo sus figuras animadas cobraban vida cada hora, marcando el paso del tiempo con un espectáculo de música y movimiento, fue una experiencia fascinante. Nos quedamos un buen rato admirando los detalles del reloj, desde el calendario circular con los signos del zodiaco hasta las figuras alegóricas que representaban la vanidad, la avaricia y la muerte.

Después, nos dirigimos hacia el Puente de Carlos, ansiosos por descubrir su encanto nocturno. A medida que nos acercábamos, la silueta del puente se dibujaba imponente sobre el río Moldava, iluminada por las farolas que proyectaban una luz cálida y misteriosa.

Caminar sobre el Puente de Carlos bajo la luz de la luna fue una experiencia mágica. Las estatuas barrocas que lo adornan parecían cobrar vida, sus sombras alargadas creando un ambiente enigmático. El sonido del agua fluyendo bajo nuestros pies y las luces de la ciudad reflejadas en el río nos envolvían en una atmósfera de ensueño.

Nos detuvimos a mitad del puente para admirar las vistas panorámicas. El Castillo de Praga, iluminado en la distancia, parecía un castillo de cuento de hadas. A nuestro alrededor, parejas enamoradas, músicos callejeros y otros viajeros disfrutaban de la magia del momento.

Cruzamos el puente lentamente, saboreando cada paso y cada instante. Al llegar al otro lado, nos dimos la vuelta para contemplar una última vez la belleza del Puente de Carlos bajo la noche estrellada. Paso a paso, volvimos al punto de partida donde habíamos empezado nuestro paseo,


llevando con nosotros la magia de ese momento.

La cena en el hotel puso el broche de oro a un primer día lleno de emociones. Con el corazón lleno de la magia de Praga, nos retiramos a descansar, listos para seguir explorando esta ciudad fascinante al día siguiente.


DÍA 2 (24/9/24): PRAGA BAJO LA LLUVIA, PERO LLENA DE ENCANTO

Amaneció un día gris y lluvioso en Praga, pero eso no iba a detener nuestra exploración de la ciudad. Equipados con chubasqueros y paraguas, nos reunimos con nuestra guía local, cuyo perfecto español nos hizo sentir como en casa.

Comenzamos nuestro recorrido por la Ciudad Pequeña (Malá Strana), un barrio encantador con calles empedradas y edificios barrocos. La lluvia le daba un aire romántico y misterioso a cada rincón. Visitamos la impresionante Iglesia de San Nicolás, cuya cúpula se alzaba majestuosa sobre los tejados.

Cruzamos el emblemático Puente de Carlos, ahora envuelto en una bruma que lo hacía aún más mágico. A pesar de la lluvia, el puente estaba lleno de vida, con artistas callejeros, músicos y turistas que, como nosotros, no se dejaban intimidar por el clima.

Llegamos a la Ciudad Vieja (Staré Město), el corazón histórico de Praga. La lluvia no impidió que nos maravilláramos, una vez más, ante el famoso Reloj Astronómico a pleno día, una obra maestra de la ingeniería medieval. Nos quedamos un buen rato observando el desfile de los apóstoles y las figuras alegóricas que representan el paso del tiempo.

Continuamos nuestro paseo por la Plaza de la Ciudad Vieja, donde la imponente Iglesia de Týn se alzaba como un faro gótico. La lluvia caía con más fuerza, pero eso no nos impidió disfrutar de la belleza de la plaza y de los edificios que la rodean.

Tras un reconfortante almuerzo en un restaurante típico, nos dirigimos al majestuoso Castillo de Praga, la joya de la corona de la ciudad. Subimos la colina bajo la lluvia, pero al llegar a la cima, la vista panorámica de Praga nos recompensó con creces.

Visitamos la impresionante Catedral de San Vito, una obra maestra del gótico que nos dejó sin aliento. Admiramos sus vidrieras, sus altas bóvedas y sus detalles arquitectónicos. También presenciamos el solemne cambio de guardia, una ceremonia llena de tradición y simbolismo.

Continuamos nuestro recorrido por el Callejón del Oro, una callejuela empedrada flanqueada por pequeñas casas de colores, donde en el pasado vivían los orfebres de la corte. Cada casa tenía su propia historia y su propio encanto, transportándonos a otra época.

Terminamos el día contemplando el Palacio Lobkowicz disfrutando de las vistas panorámicas de la ciudad. Regresamos al hotel cansados pero felices, con la sensación de haber vivido un día intenso y lleno de emociones, a pesar de la lluvia. Praga nos había conquistado con su belleza y su historia, y estábamos ansiosos por seguir explorándola al día siguiente.


 


DÍA 3 (25/9/24): KARLOVY VARY, UN VIAJE EN EL TIEMPO A TRAVÉS DE AGUAS CURATIVAS

El tercer día nos esperaba una escapada a Karlovy Vary, la ciudad balneario más famosa de la República Checa. Dejamos atrás el bullicio de Praga y nos adentramos en un paisaje de ensueño, con montañas boscosas y valles verdes que nos acompañaron durante el trayecto en autobús. Nuestro guía, experto en historia y leyendas locales, nos amenizó el viaje con relatos sobre Carlos IV y el origen de este oasis de bienestar.

Al llegar a Karlovy Vary, nos sentimos transportados a otra época. Sus elegantes edificios de estilo victoriano, sus columnatas adornadas y sus calles empedradas nos envolvieron en un ambiente de sofisticación y tranquilidad. Paseamos por sus jardines, imaginando a ilustres personajes como Beethoven, Bach y Goethe paseando por los mismos senderos, buscando inspiración en este entorno idílico.

El plato fuerte de la visita fue, sin duda, el Geyser. Este impresionante chorro de agua termal, que se eleva a 12 metros de altura, nos dejó boquiabiertos. Su fuerza y la nube de vapor que lo rodea creaban un espectáculo natural fascinante.

Luego, nos embarcamos en un recorrido por las famosas columnatas, donde se encuentran las fuentes termales. Nos detuvimos en cada una de ellas, escuchando atentamente a nuestro guía mientras nos explicaba sus propiedades curativas y las dolencias que podrían aliviar. De todas ellas, las que más nos llamaron la atención fueron la número 3, conocida por sus beneficios para la piel, y la número 6, recomendada para mejorar el sistema digestivo. No pudimos resistirnos a probar sus aguas, cada una con su sabor y temperatura particulares. Llenamos nuestras botellas, deseosos de llevarnos un pedacito de su poder curativo a casa.

Antes de comer, nos sentamos en la terraza del Restaurante Prestige, con vistas al río Teplá. Disfrutamos de unas refrescantes cervezas checas acompañadas de un delicioso pulpo a la gallega.

El almuerzo en el Sanatorium Kirman fue un viaje gastronómico por la región. Degustamos platos tradicionales checos, elaborados con ingredientes frescos y de temporada. Cada bocado era una explosión de sabores auténticos que nos acercaban a la cultura local.

Por la tarde, nos perdimos por las encantadoras tiendas de Karlovy Vary, buscando recuerdos y productos típicos. No pudimos resistirnos a admirar las botellas de Becherovka, el licor de hierbas local, y otros souvenirs pensando con nuestros seres queridos.

De vuelta a Praga, hicimos una  para admirar la fascinante escultura cinética de la cabeza de Franz Kafka. Esta obra de arte, en constante movimiento, nos dejó maravillados y nos invitó a reflexionar sobre la mente inquieta y creativa del escritor.

Regresamos al hotel con el corazón lleno de gratitud por haber vivido un día tan especial. La cena en el hotel fue el broche de oro perfecto para una jornada inolvidable. Karlovy Vary nos había transportado a un mundo de elegancia, historia y bienestar, dejándonos con ganas de volver a sumergirnos en sus aguas curativas y su atmósfera mágica.



DÍA 4 (26/9/24): PRAGA: UN ADIÓS ENTRE HISTORIA Y MELODÍAS BAJO LA LLUVIA

Nuestro último día en Praga amaneció con una fina lluvia. Con paraguas en mano y chubasqueros puestos, nos adentramos en el Barrio Judío, un laberinto de calles estrechas y empedradas que nos transportó a otra época. Este barrio, uno de los más antiguos y mejor conservados de Europa, guarda entre sus muros siglos de historia y tradición judía.

Nuestra primera parada fue la Sinagoga Vieja-Nueva, la más antigua de Europa Central aún en funcionamiento. Su arquitectura gótica, con sus arcos apuntados y sus bóvedas de crucería, nos impresionó por su solemnidad y belleza. En su interior, la tenue luz que se filtraba por las ventanas creaba una atmósfera mística y conmovedora.

Continuamos nuestro recorrido por la Sinagoga Pinkas, que hoy en día alberga un conmovedor memorial en recuerdo de las víctimas del Holocausto. Las paredes están cubiertas con los nombres de miles de judíos checos que perdieron la vida durante la Segunda Guerra Mundial, un testimonio silencioso que nos recordó la crueldad y la barbarie de aquellos años oscuros.

La Sinagoga Española, con su exuberante decoración morisca, nos sorprendió por su singularidad. Sus arcos de herradura, azulejos de colores y lámparas de araña creaban un ambiente exótico y fascinante. Nos imaginamos a la comunidad judía de Praga reuniéndose en este lugar para celebrar sus fiestas y tradiciones.

El antiguo cementerio judío, con sus miles de lápidas amontonadas unas sobre otras, nos sobrecogió por su atmósfera de solemnidad y misterio. Caminamos entre las tumbas, cubiertas de musgo y líquenes, leyendo las inscripciones y tratando de imaginar las vidas de aquellos que descansaban allí. El tiempo parecía haberse detenido en este lugar, un remanso de paz en medio del bullicio de la ciudad.

Después de un almuerzo en el restaurante Bohemia, donde degustamos platos tradicionales como el goulash y el cerdo asado con knedlíky, nos dirigimos al embarcadero para realizar un crucero por el río Moldava. Desde el barco, contemplamos Praga desde una perspectiva única. El Puente de Carlos, con sus estatuas barrocas, se alzaba majestuoso sobre el río. El Castillo de Praga, iluminado por el sol que finalmente se abría paso entre las nubes, dominaba la ciudad desde lo alto. La suave melodía que sonaba en el barco y el murmullo del agua creaban una atmósfera relajante y mágica.

Al caer la tarde, regresamos a tierra firme y dimos un último paseo por las calles de Praga, despidiéndonos de sus rincones con encanto. Antes de cenar, hicimos una parada en el bar Trinity, donde disfrutamos de una cerveza checa en un ambiente animado y acogedor. Brindamos por nuestra estancia en Praga, por los momentos compartidos y por las aventuras que nos esperaban en Budapest.

La cena en el hotel fue el broche de oro a nuestra estancia en Praga. Con el corazón lleno de recuerdos y emociones, nos preparamos para partir hacia Budapest al día siguiente, listos para una nueva aventura.



DÍA 5 (27/)/24): DE PRAGA A BUDAPEST, CON UNA PARADA EN BRATISLAVA

Con las maletas listas y el corazón lleno de recuerdos de Praga, partimos hacia Budapest. El viaje en autobús fue una oportunidad para intercambiar fotos y anécdotas con nuestros compañeros de viaje, y para disfrutar de los paisajes de Eslovaquia.

Pasamos por Berno, la segunda ciudad más grande de Eslovaquia. Desde el autobús, admiramos su imponente catedral, con sus tonos oscuros y su historia ligada a la Guerra de los Treinta Años.

Continuamos nuestro viaje hacia Bratislava, la capital de Eslovaquia, donde llegamos alrededor del mediodía. Antes de almorzar, visitamos la encantadora Iglesia Azul, una joya arquitectónica de estilo Art Nouveau.

El almuerzo en el restaurante Kolkovna fue una delicia. Disfrutamos de platos checos tradicionales, como una ensalada fresca y una exquisita lasaña, acompañados de la famosa cerveza Pilsner Urquell de barril. De postre, una bandeja de frutas frescas nos proporcionó el toque final perfecto.

Después de comer, dimos un paseo a orillas del Danubio, admirando las esculturas y disfrutando de las vistas panorámicas del castillo. Recorrimos el casco antiguo, pasando por la Puerta de San Miguel y el Palacio Primacial, sumergiéndonos en la historia y la cultura de Bratislava.

Continuamos nuestro viaje hacia Hungría, escuchando música relajante mientras cruzábamos la frontera. Al llegar a Budapest, nos instalamos en el hotel Novotel Centrum y salimos a dar un paseo por la ciudad, disfrutando de una cerveza en un bar local.

La cena en el hotel, amenizada con música en vivo, fue el cierre perfecto para un día lleno de emociones y nuevos descubrimientos. ¡Estábamos listos para explorar Budapest al día siguiente!



DÍA 6 (28/9/24): BUDAPEST. UN PASEO POR LA HISTORIA Y LA BELLEZA

Budapest nos recibió con un cielo encapotado y una lluvia persistente. Sin embargo, el encanto de la ciudad no se vio empañado. Comenzamos nuestra exploración en la emblemática Plaza de los Héroes, admirando sus estatuas y monumentos. Luego, recorrimos la elegante Avenida Andrássy, flanqueada por majestuosos edificios y tiendas de lujo.

La lluvia nos acompañó hasta el barrio del Castillo de Buda, donde nos maravillamos con las vistas panorámicas del Danubio y Pest desde el Bastión de los Pescadores. Bajamos caminando hasta el Puente de las Cadenas, un símbolo icónico de la ciudad.

El almuerzo en el restaurante Astoria fue una experiencia deliciosa. Disfrutamos de la gastronomía húngara, con platos tradicionales como el gulash y el pollo paprikash.

Por la tarde, visitamos la impresionante Basílica de San Esteban, la iglesia más grande de Hungría, y el imponente Parlamento húngaro, uno de los edificios legislativos más grandes del mundo.

La noche nos llevó a las famosas ruinas de Budapest, donde disfrutamos de unas cervezas en un ambiente único y bohemio. La cena en el hotel, amenizada con música en vivo de violines, fue el broche de oro para un día lleno de historia y cultura. Budapest nos estaba conquistando con su encanto y su belleza.



DÍA 7 (29/9/24): SAN ANDRÉS. UN REMANSO DE ARTE Y CULTURA A ORILLAS DEL DANUBIO

Después de un delicioso desayuno en el hotel, nos embarcamos en una excursión a Szentendre (San Andrés), un encantador pueblo de artistas a orillas del Danubio. La belleza de este lugar nos cautivó desde el primer momento.

Paseamos por sus calles empedradas, admirando las casas barrocas y neoclásicas de colores pastel que le dan un aire de cuento de hadas. La Plaza Mayor, corazón de la ciudad, nos recibió con su ambiente animado y sus terrazas de cafés observábamos la vida local.

La imponente Catedral Belgrado, con su iconostasio dorado y sus frescos, nos impresionó con su rica historia y su arquitectura ortodoxa serbia. Nos sentamos junto al Danubio, contemplando las impresionantes vistas del río y los alrededores.

Pasamos por la puerta del Museo del Mazapán, sumergiéndonos en el dulce mundo de esta delicia húngara. Recorrimos las tiendas de souvenirs, descubriendo tesoros artesanales y obras de arte local.

El almuerzo en Rab Raby fue una experiencia gastronómica inolvidable. Degustamos un menú típico húngaro, con platos como la sopa goulash, el pollo paprikash, el lecsó y las palacsinta, acompañados del famoso vino Tokaji.

Regresamos a Budapest a primera hora de la tarde, con el corazón lleno de recuerdos de Szentendre. Descansamos en el hotel hasta la hora de la cena, y antes, disfrutamos de una cerveza en la cervecería Rizmajer Beer House, sumergiéndonos en la cultura cervecera de Budapest.

La noche nos deparaba una experiencia mágica: un crucero con cena por el Danubio. El barco nos llevó a través de la ciudad iluminada, ofreciéndonos vistas panorámicas del Parlamento, el Castillo de Buda y el Puente de las Cadenas. La cena a bordo fue deliciosa, pero las vistas se robaron el protagonismo. Durante dos horas, disfrutamos de una combinación perfecta de sabores y paisajes, brindando por la belleza de Budapest y la maravillosa experiencia que estábamos viviendo.

Regresamos al hotel con el corazón lleno de gratitud y la mente llena de imágenes inolvidables. Budapest nos había conquistado por completo, y este crucero fue el broche de oro para nuestra estancia en esta ciudad mágica.



DÍA 8 (30/9/24):  EL ADIÓS A BUDAPEST Y EL REGRESO A CASA

Nuestro último día en Budapest llegó demasiado pronto. Disfrutamos de un último desayuno en el hotel, saboreando cada bocado mientras recordábamos los momentos especiales que vivimos en esta ciudad.

Antes de partir, nos dimos el gusto de tomar un último café en la cafetería Nueva York, cerca del hotel, un lugar con un encanto especial.

A las once de la mañana, con las maletas llenas de recuerdos y el corazón lleno de nostalgia, nos despedimos de Budapest y nos dirigimos al aeropuerto. El viaje transcurrió sin contratiempos, y llegamos con tiempo suficiente para hacer los trámites de embarque y pasar los controles de seguridad sin prisas.

El vuelo de regreso a Madrid fue tranquilo, y al aterrizar, nos esperaba un autobús que nos llevaría de vuelta a Cieza. Aunque el trayecto fue largo, la emoción de compartir nuestras experiencias y revivir los mejores momentos del viaje nos mantuvo despiertos y animados.

Finalmente, pasada la medianoche, llegamos a Cieza, cansados pero felices. A pesar de que el viaje de regreso fue largo y agotador, volvimos con la sensación de haber vivido una experiencia única e inolvidable. Praga y Budapest nos habían dejado una huella imborrable en nuestros corazones, y estábamos seguros de que los recuerdos de este viaje nos acompañarían para siempre.

Con una mezcla de nostalgia y gratitud, nos despedimos de nuestros compañeros de viaje, prometiendo mantener el contacto y compartir las fotos y videos que habíamos capturado durante nuestra aventura.

Este viaje a Praga y Budapest había sido mucho más que unas simples vacaciones. Había sido un viaje de descubrimiento, de aprendizaje y de crecimiento personal. Habíamos explorado ciudades llenas de historia y cultura, conocido gente maravillosa y vivido experiencias que atesoraremos para siempre.

Con la promesa de volver a viajar juntos pronto, nos despedimos, llevando con nosotros la magia de Praga y Budapest en nuestros corazones. ¡Hasta la próxima aventura!