Hacia las once llegamos a la Finca Soto de la Zarzuela, propiedad del ciezano Antonio Aguayo. Un paraje que reúne las condiciones idóneas de accesibilidad. Allí nos esperan los voluntarios, protagonistas casi invisibles pero imprescindibles y el propietario de la finca que nos abre sus puertas y nos da todo tipo de facilidades; también nos espera el primer almuerzo campero para tomar fuerzas.
Hacia las doce Antonio Moreno, un agricultor de Cieza, nos da las primeras explicaciones de lo que nos vamos a encontrar. Nos deja claro que estamos en el centro neurálgico de la floración y en la cuna del melocotón. Nos explica como los agricultores trabajan para conseguir una fruta excepcional y como el clima, la tierra y el sol hacen que nuestra fruta sea única.
Hacia las doce y media empieza el recorrido por caminos y tierras totalmente accesibles, entre flores y melocotoneros. Una mañana muy especial, de contacto directo con la naturaleza, sin limitaciones para estar entre los melocotoneros. Un recorrido espectacular bajo un sol primaveral que invita a tocar y acariciar los árboles en flor.
Y llega la hora de la comida campera en plena naturaleza a la sombra de las palmeras. Un largo y tranquilo aperitivo, un buen arroz y un exquisito helado artesanal de melocotón preparado por Los Valencianísimos.
La comida campera llega a su fin. Pero no la convivencia y el disfrute de la naturaleza. La paz y el sosiego lo inundan todo. Ha sido un día maravilloso.
He crecido y vivido entre estos campos y estas flores. Es la Floración de Cieza, mi pueblo. Una auténtica maravilla que se repite todos los años. Un espacio en el que podemos soñar y disfrutar de la naturaleza.
Un día muy especial en imágenes: Floración sin barreras para soñar, para disfrutar de la naturaleza.
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