miércoles, 17 de septiembre de 2025

El cincel de Mogente: cómo las raíces forjan el alma cincelada

 

El domingo por la tarde, al levantar la vista al cielo de Cieza, me detuve a contemplar un espectáculo que la naturaleza nos regala de vez en cuando. Una imponente acumulación de nubes, de formas singulares y caprichosas, parecía como apoyada en el horizonte, sin más nubes en el cielo. Tras la fascinación y el asombro por lo que estaba viendo, la primera tentación, como en la infancia, fue buscar figuras en ese lienzo etéreo: un dragón, un rostro, un gigante durmiente. Pero como psicólogo y profesor, mi mente fue más allá y recordó una lección fundamental: la nube, en sí misma, es solo vapor. Es nuestra mente, nuestra imaginación, nuestra percepción, la que le da forma, la que la convierte en lo que queremos que sea.

Esta lección, que tantas veces expliqué en las aulas de la Universidad de Murcia, es, en el fondo, la metáfora de la vida. La adversidad es solo un evento, un bloque de mármol sin forma. Y somos nosotros, con el cincel de nuestra perspectiva, quienes le damos sentido. Fue en mi infancia en Mogente, en ese mundo iluminado por un candil, donde la vida me entregó el primer y más importante de esos cinceles.

En el Mogente de mi niñez, el día no empezaba con un despertador, sino con el canto del gallo. Y la noche no empezaba con un interruptor, sino con el ritual del candil. Esa es la imagen que me viene a la mente cuando pienso en mis primeros años: un mundo de contornos suaves, una luz pequeña pero suficiente que, a pesar de sus sombras, nos protegía y nos unía alrededor de la mesa. En esa luz tenue y cálida, aprendí el valor de la vida y la importancia de la familia.

La vida era más dura y sencilla. El esfuerzo, la humildad y la austeridad no eran palabras, eran la forma de vida de mis abuelos y de mis padres, un legado que recibí sin darme cuenta. Mis abuelos maternos, "els Cambredoners", con sus manos curtidas por el trabajo de la tierra, me enseñaron que la perseverancia es la única forma de que la semilla se convierta en fruto. De mi abuelo Eliseo, un hombre silencioso y trabajador, aprendí que la honestidad y la sencillez son la mayor de las virtudes. Y mi padre, un autodidacta con una curiosidad insaciable, con el que la vida me dio un microéxito diario: un paseo por el campo donde me explicaba que la vida y el conocimiento no se encuentran solo en los libros, sino también en la observación, la experimentación y en las conversaciones que se tienen al atardecer.

Ellos me entregaron el primer cincel, la perspectiva que me hizo comprender que la vida no es lo que nos sucede, sino lo que hacemos con ello. Esas enseñanzas se convirtieron en la herramienta que necesitaba para moldear este nuevo yo.

Pero nadie cincela un alma en soledad. En Mogente, mis abuelos y mis padres fueron el andamio que me sostuvo en mi niñez. Y ahora, ante el desafío de la ataxia, mi tribu se ha convertido en ese andamio humano. Es mi pareja, mis hijas, mis hermanos, mis amigos, mis lectores, y todos aquellos que, con un mensaje, una llamada o un simple gesto de apoyo, me permiten seguir de pie y trabajando en mi propia escultura.

Este es mi mensaje y el puente que une mis dos historias. La vida es una obra de arte non finito, inacabada. Y la adversidad, sea la escasez del Mogente del candil o el golpe de la ataxia en la vida adulta, no es un castigo, sino la oportunidad de usar nuestro cincel. Un cincel que no se compra en una ferretería, sino que se forja en el corazón de nuestra historia y se afila con la sabiduría de la percepción. Y el orgullo por nuestras raíces, por las personas y los lugares que nos dieron forma, es la chispa que ilumina el camino, para que nunca olvidemos quiénes somos mientras nos convertimos en la persona que queremos ser.

Esta es solo una de las historias que narro en «Del candil a la bombilla». Si te ha interesado, te invito a descubrir el relato completo en: https://goo.su/3IVhEP2. También puedes encontrar más reflexiones sobre la resiliencia y la vida con ataxia en mi libro «Vivir con ataxia: el alma cincelada»: https://amzn.to/3V7J2lb.



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