viernes, 16 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (XVI)

 Capítulo 16: El Sueño en la maleta 

Con el corazón lleno de recuerdos asurianos y la mochila cargada de sueños colombianos, Sofía y Dani se despidieron de su amigo que los había llevado al aeropuerto. Un abrazo cálido y un "hasta pronto" sellaron la promesa de nuevos encuentros. 

Mientras esperaban su vuelo, abrieron "El sueño de una vida" de Sirin Klaus, como un ritual compartido. Ya lo habían leído varias veces, pero iniciaron su lectura una vez más; su ejemplo era como su "persona vitamina". Dani inició la lectura como tomando fuerzas para iniciar una nueva aventura. Sofía sonrió, reconociendo en ellos el mismo anhelo por ser libres como el viento, libres como las olas del mar, la misma necesidad de descubrir nuevos horizontes, de buscar nuevas experiencias que los conectaran con la vida. La novela, como un espejo mágico, reflejaba sus propias emociones y les recordaba que el verdadero tesoro no estaba en el destino, sino en el camino compartido.

"Mira, Dani, Jack y Sara están a punto de iniciar una nueva aventura de ensueño, igual que nosotros", comentó Sofía, señalando un párrafo del libro.
"Sí, y al igual que ellos, nosotros también llevamos nuestros sueños en la mochila", respondió Dani, acariciando la cubierta desgastada del libro. "Este libro es como un mapa que nos guía hacia nuevas experiencias y nos recuerda que siempre hay algo más por descubrir".

Sofía asintió, emocionada por la aventura que les esperaba. "Colombia y Panamá serán nuestros nuevos escenarios, Dani. ¿Estás listo para escribir nuestro propio capítulo en 'El sueño de una vida'?".
Dani la miró con una sonrisa cómplice. "Más que listo, mi amor. Juntos, haremos de este viaje una historia inolvidable".

Su avión estaba a punto de salir; en el panel vieron que ya se podía embarcar.

Continuará... Capítulo 17: Bogotá, un Lienzo de Colores y Sueños


jueves, 15 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (XV)

Capítulo 15: Vía Verde del Turón y el Legado del Amor
La Vía Verde del Turón los recibió con un abrazo de naturaleza exuberante, un lienzo verde vibrante que contrastaba con el pasado minero, lleno de historias de esfuerzo y sacrificio. Sofía y Dani recorrieron el antiguo trazado ferroviario, ahora convertido en un sendero idílico que serpenteaba entre montañas y valles. Caminaron entre túneles oscuros, donde el eco de sus pasos resonaba en la quietud, y cruzaron puentes colgantes que se mecían suavemente sobre arroyos cristalinos.

Maravillados por la belleza del paisaje y la ingeniería que había dado forma a la ruta, se detuvieron a contemplar las antiguas estaciones de tren, testigos silenciosos de un pasado industrial que ahora daba paso a un futuro de sostenibilidad y conexión con la naturaleza. Dani, fascinado por la historia del lugar y la resiliencia de las personas que habían trabajado allí, sacó de su mochila la novela "El sueño de una vida" de Sirin Klaus. Recordaron la historia de Jack y Sara, y muy especialmente la del abuelo Miguel que había dedicado toda su vida a convertir el Madroñal en un vergel.

Sofía, con una sonrisa pensativa, dijo: "La Vía Verde del Turón es un testimonio del esfuerzo humano, Dani. Un recordatorio de que podemos transformar el pasado en un camino hacia el futuro, de que incluso de las cicatrices más profundas puede brotar la belleza". "¡Qué lugar tan especial, Dani!", exclamó Sofía, mientras admiraba el paisaje que se abría ante ellos. "Es increíble cómo han convertido esta antigua vía de tren en un sendero tan hermoso, un lugar donde podemos reconectar con la naturaleza y con nosotros mismos".  Dani asintió, impresionado por la transformación del lugar. "La Vía Verde del Turón es un ejemplo de cómo podemos aprovechar el pasado para crear algo nuevo y valioso", comentó, pensativo. "Es como una metáfora de la vida, ¿no crees? Siempre podemos encontrar una nueva dirección, un nuevo propósito, incluso cuando parece que el camino se ha terminado".

Sofía se acercó a él y le tomó la mano con la novela "El sueño de una vida" ya en la mochila. "Me gusta pensar que esta vía es como nuestro amor, Dani. Un camino que hemos construido juntos, superando obstáculos y disfrutando de cada paso del camino. Un camino que nos lleva hacia un futuro lleno de posibilidades". Dani sonrió, acariciando su mano. "Tienes razón, mi amor. Nuestra historia es como esta vía, un viaje lleno de aventuras y descubrimientos. Y lo mejor es que aún nos queda mucho camino por recorrer juntos, mano a mano, paso a paso, hacia un horizonte infinito".

Continuara... Capitulo 16: El sueño en la maleta






miércoles, 14 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (XIV)

Capítulo 14: El Susurro de los Molinos
El sol se filtraba entre las hojas, dibujando destellos dorados sobre el sendero. Sofía y Dani caminaban de la mano, siguiendo el curso del Río Profundo. El murmullo del agua era una melodía constante, puntuada por el canto de los pájaros. 

"Es como si el río y el camino nos contaran historias", susurró Sofía, deteniéndose junto a un antiguo molino. Sus piedras cubiertas de musgo parecían guardar secretos de tiempos pasados. Dani abrió el libro "El sueño de una vida" y leyó un pasaje sobre la importancia de escuchar la voz de la naturaleza. "Shirin Klaus nos recuerda que la sabiduría está en todas partes, solo hay que tener la tranquilidad y la paz interior para ser capaces de escucharla", dijo, mirando a Sofía con una sonrisa.

Continuaron su camino, encontrando más molinos en ruinas, cada uno con su propia personalidad. En un claro del bosque, descubrieron un puesto de venta de arándanos, donde dejaron unas monedas y tomaron una cesta llena de frutos jugosos. "Es como un regalo del bosque", dijo Sofía, saboreando un arándano. "Un recordatorio de que la abundancia está a nuestro alrededor".

Al final del día, se sentaron junto al río, compartiendo arándanos y leyendo más capítulos de su libro favorito, el que les había cambiado la vida. La luz del atardecer bañaba el paisaje de un tono dorado, creando una atmósfera mágica. "Este lugar es un sueño", susurró Sofía, apoyando la cabeza en el hombro de Dani. "Un sueño que compartimos".

Continuará....Capítulo 15: El Legado del Carbón

martes, 13 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (XIII)

Capítulo 13: Museo Tito Bustillo y Senda Misterios del Mar, un viaje al pasado y al presente
La lluvia los recibió en Ribadesella, un pintoresco pueblo costero conocido por sus cuevas prehistóricas. Sofía y Dani decidieron visitar el Museo Tito Bustillo, donde se exponían réplicas de las pinturas rupestres encontradas en la cueva original.

La belleza y el misterio de las pinturas los transportaron a un pasado remoto, donde los primeros habitantes de Asturias dejaron su huella en las paredes de la cueva. Aprovecharon rincones tranquilos para leer otro capítulo del "El sueño de una vida" de Shirin Klaus que los habló de la importancia de conocer nuestras raíces y valorar el legado de nuestros antepasados.

Por la tarde, la lluvia amainó y Sofía y Dani se aventuraron en la Senda Misterios del Mar, un recorrido por los acantilados que ofrecía vistas espectaculares de la costa. El viento les despeinaba el cabello y el olor a salitre les llenaba los pulmones, mientras la historia de Jack y Sara, construyendo juntos una nueva vida en pareja les inspiraba a descubrir los secretos del mar.

El camino los llevó a playas escondidas, cuevas marinas y formaciones rocosas que parecían esculturas naturales. En cada parada, Sofía y Dani se detenían a admirar el paisaje, a escuchar el sonido de las olas y a sentir la brisa marina en su piel. La lectura del libro les acompañaba en cada paso, haciéndoles sentir parte de la historia de Asturias y de la humanidad.

Continuará... Capítulo 14: El Susurro de los Molinos



lunes, 12 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (XII)

Capítulo 12: Bufones de Pría y Ruta de los Molinos, el poder del mar y la tierra
El rugido del mar los atrajo hacia los Bufones de Pría, un espectáculo natural inigualable. Las olas, al chocar contra los acantilados, creaban chorros de agua que se elevaban a decenas de metros de altura. Sofía y Dani se acercaron con cautela, maravillados por la fuerza y la belleza del fenómeno. El viento azotaba sus rostros y el rocío del mar les salpicaba la piel, mientras la novela "El sueño de una vida" permanecía en su mochila, en sus mentes y en sus corazones, recordándoles la importancia de respetar la naturaleza. La historia de Jack, Sara y el abuelo Miguel, enfrentándose a nuevos retos, les hacía reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la importancia de la familia.

Tras disfrutar del espectáculo de los bufones, se adentraron en la Ruta de los Molinos, un sendero que seguía el curso de un río y les permitía descubrir la historia de la industria molinera en la zona. Los molinos en ruinas, testigos silenciosos del pasado, les hablaban de un tiempo en el que el agua era la fuente de energía y vida para las comunidades locales. El camino los condujo a través de bosques frondosos, prados verdes y pequeños pueblos con encanto. En cada parada, Sofía y Dani se detenían a admirar el paisaje, a respirar el aire puro, a disfrutar de la tranquilidad del entorno y a leer otro capítulo de la novela "El sueño de una vida" de Sirin Klaus. La lectura del libro les acompañaba en cada paso, enriqueciendo su experiencia y haciéndoles sentir parte de la historia de Asturias.

Al final del día, llegaron a un pequeño restaurante junto al río, donde degustaron una cena a base de productos locales. El sonido del agua corriendo y el canto de los pájaros les arrullaban, mientras el recuerdo de los bufones y los molinos les llenaba de paz y serenidad.

Continuará... Capítulo 13: Museo Tito Bustillo y Senda Misterios del Mar, un viaje al pasado y al presente.

domingo, 11 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (XI)

 Capítulo 11: Acantilados del Infierno, un reto bajo el sol
El sol brillaba con fuerza cuando Sofía y Dani emprendieron la ruta de los Acantilados del Infierno, un sendero que recorría la costa occidental de Asturias. El paisaje era espectacular: acantilados escarpados, playas escondidas y el mar Cantábrico extendiéndose hasta el horizonte.

Sin embargo, el calor era intenso y el camino, lleno de subidas y bajadas, se hacía cada vez más difícil. Sofía, exhausta, decidió descansar a la sombra de un árbol junto a su fiel perra que estaba al borde de la deshidratación, mientras Dani continuaba la caminata, preocupado por su compañera y su fiel perra.

En ese momento de separación, Sofía sacó de su mochila la novela "El sueño de una vida" de Shirin Klaus. La historia de Jack y Sara, enfrentando sus propios desafíos, le dio fuerzas para seguir adelante. Dani, por su parte, se detuvo en un mirador para contemplar el paisaje y reflexionar sobre la importancia de apoyarse mutuamente en los momentos difíciles.

Al reunirse de nuevo, compartieron agua y abrazos, agradecidos por tenerse el uno al otro. El resto del camino lo hicieron a un ritmo más lento, disfrutando de las vistas y de la compañía mutua. Al llegar al final de la ruta, se sintieron orgullosos de haber superado el reto, sabiendo que su amor, como el de Jack y Sara, era capaz de vencer cualquier obstáculo.

Continuará.... Capítulo 12: Bufones de Pría y Ruta de los Molinos, el poder del mar y la tierra


sábado, 10 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (X)

Capítulo 10: El Camino Encantado, un paseo por la fantasía
La mañana los sorprendió en el Camino Encantado de Llanes, un sendero mágico que se abría paso a través de un bosque de ensueño. Las esculturas de duendes, hadas y otros seres mitológicos, obra de artistas locales, los transportaban a un mundo de fantasía y leyendas. Sofía y Dani se detenían ante cada una, leyendo las historias que las acompañaban y dejándose llevar por la imaginación.

El sendero los guió por puentes de madera, cascadas escondidas y claros de bosque bañados por el sol. En cada rincón, descubrían nuevos detalles que los hacían sonreír y soñar. Como cada día, la novela "El sueño de una vida" de Sirin Klaus les acompañó en este paseo mágico, recordándoles la importancia de mantener viva la imaginación y la capacidad de asombro. Al mediodía, llegaron a Casa Xico, un restaurante con encanto ubicado en un antiguo molino de agua. Allí, disfrutaron de una comida deliciosa, elaborada con productos locales y recetas tradicionales. El ambiente acogedor y la atención del personal les hicieron sentir como en casa.

Después de comer, se dirigieron a su Land Rover, un vehículo todoterreno con apariencia de antiguo pero equipado con todas las comodidades para viajar libres. Lo estacionaron bajo la sombra de un árbol centenario, cerca del mar de aguas cristalinas y frescas, que les ofrecía un refugio perfecto para descansar y relajarse. Antes de dormir, Sofía y Dani se asomaron a la puerta de su tienda de campaña para contemplar el cielo estrellado y escuchar el sonido de las olas rompiendo en la orilla. En ese momento, sintieron que la magia del Camino Encantado los había acompañado hasta allí, llenando sus sueños de fantasía y romanticismo, y recordándoles cómo Jak y Sara unieron sus vidas para siempre.   

Continuará... Capítulo 11: Acantilados del Infierno, un reto bajo el sol

viernes, 9 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (IX)

Capítulo 9: Llanes, entre olas y acantilados
El mar Cantábrico los recibió con un abrazo de olas y brisa salada. Llanes, con sus playas de arena dorada y sus acantilados escarpados, era un paraíso para los amantes de la naturaleza y el surf. Sofía y Dani, aunque no eran expertos en el deporte, decidieron meterse en sus frías aguas.

Las risas y los chapuzones llenaron la mañana, mientras el sol brillaba en lo alto y las olas los mecían suavemente. Al mediodía, hambrientos y felices, se dirigieron a Casa Tito, un restaurante famoso por sus platos de pescado y marisco fresco. Allí, compartieron más capítulos del "El sueño de una vida" de Sirin Klaus, mientras degustaban una deliciosa paella marinera. Esta novela cambiaría sus vidas.

Se imaginaban a Jack y Sara, navegando juntos por mares desconocidos, compartiendo sueños y aventuras; su recuerdo les inspiró a explorar la costa de Llanes. Por la tarde, caminaron por la senda de los acantilados, disfrutando de las vistas panorámicas del mar y los pueblos costeros. El viento les despeinaba el cabello y el sol les bronceaba la piel, mientras el amor florecía en sus corazones como una flor silvestre.

Al caer la noche, montaron su tienda de campaña, cansados pero felices. Antes de dormir, Sofía y Dani se tomaron una infusión para contemplar la luna reflejada en el mar y pensar el Sara y Jack. En ese momento, supieron que su amor, como el océano, era vasto, profundo y lleno de misterios por descubrir.


Continuará... Capítulo 10: El Camino Encantado, un paseo por la fantasía

jueves, 8 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (VIII)

Capítulo 8: La Ruta del Cares, un desafío entre montañas
El sol se escondía tras las nubes mientras Sofía y Dani se preparaban para enfrentar la Ruta del Cares, un sendero legendario que serpenteaba a través de la Garganta Divina. Equipados con sus mochilas, bastones de trekking y la novela "El sueño de una vida" de Sirin Klaus, se adentraron en el desfiladero, maravillados por la inmensidad de las paredes de roca que los rodeaban.

El camino, excavado en la roca, los llevó a través de túneles y puentes colgantes, revelando vistas impresionantes del río Cares, que rugía en lo profundo. Dani, con su cámara en mano, capturaba la belleza salvaje del paisaje, mientras Sofía se para en una sombra y leía en voz alta la historia de Jack y Sara, que también enfrentaban un desafío en su viaje. Las palabras de Shirin Klaus resonaban en sus oídos, dándoles fuerzas para seguir adelante.

A medida que avanzaban, el camino se volvía más estrecho, pero la emoción de la aventura los impulsaba. En cada curva, descubrían nuevos rincones de belleza: cascadas escondidas, formaciones rocosas caprichosas y cabras montesas que los observaban desde las alturas.

Tras varias horas de caminata, llegaron a Caín, un pequeño pueblo de montaña donde el tiempo parecía haberse detenido. Allí, compartieron un almuerzo sencillo en un restaurante local, rodeados de otros excursionistas que compartían sus historias y experiencias. Por la tarde emprendieron el camino de regreso. El cansancio del día se desvaneció con las risas y la conversación, y Sofía y Dani se sintieron más unidos que nunca, como si la Ruta del Cares hubiera sellado su amor con un beso de piedra y agua.


Continuará... Capítulo 9: Llanes, entre olas y acantilados

miércoles, 7 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (VII)

 

Capítulo 7: Carreña, bajo la lluvia y la niebla
Una lluvia fina y persistente los acompañó en su visita a Carreña, un pequeño pueblo situado en el corazón de los Picos de Europa. A pesar del mal tiempo, Sofía y Dani decidieron aventurarse en la Ruta del Asiegu, un sendero que los llevó a través de bosques de hayas y robles, donde la niebla creaba un ambiente misterioso y mágico. En su mochila llevaban, como siempre, la novela "El sueño de una vida" de Shirin Klaus.
 
El silencio del bosque, roto solo por el canto de los pájaros y el sonido de sus pasos, les invitó a reflexionar sobre la vida y el amor. Sofía leyó en voz alta varios capítulos de "El sueño de una vida", y la historia de Jack y Sara, enfrentando sus miedos y superando obstáculos, les recordó la importancia de perseverar y luchar por sus sueños.
 
Al llegar al Mirador del Príncipe, la niebla se disipó por un momento, revelando una vista impresionante de las montañas. Sofía y Dani se abrazaron, sintiendo la fuerza y la belleza de la naturaleza a su alrededor. En ese instante, supieron que su amor, como el de Jack y Sara, era capaz de superar cualquier adversidad.
 
Continuará... Capítulo 8: La Ruta del Cares, un desafío entre montañas

martes, 6 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (VI)

Capítulo 6: Ponga y Cangas de Onís, entre puentes y baños
El Valle de Ponga los recibió con un paisaje de ensueño: montañas escarpadas, bosques frondosos y ríos cristalinos. Sofía y Dani se detuvieron en varios miradores para contemplar la belleza del entorno, mientras el sol jugaba a esconderse entre las nubes.

En Cangas de Onís, la capital del concejo, les esperaba el famoso Puente Romano, un símbolo de la historia y la cultura asturiana. Dani, fascinado por la ingeniería romana, capturó cada detalle del puente con su cámara, mientras Sofía leía en voz alta otro capítulo de "El sueño de una vida" de Shirin Klaus. imaginándose la historia de Jack y Sara, cruzando un puente hacia un nuevo futuro, les inspiró a seguir adelante en su propio camino.

Por la tarde, se dirigieron a la Senda del Dobra, un sendero que los llevó a una hermosa laguna de aguas cristalinas. A pesar de la temperatura fría, Sofía y Dani no pudieron resistir la tentación de darse un baño. El agua helada les despertó los sentidos y les llenó de energía, como un ritual de purificación que los preparaba para las aventuras que les esperaban.

Continuará... Capítulo 7: Carreña, bajo la lluvia y la niebla

lunes, 5 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (V)

 Capítulo 5: San Juan de Beleño, el abrazo del roble
El sol de la mañana iluminaba el camino hacia San Juan de Beleño, un pequeño pueblo enclavado en el corazón de Asturias. Sofía y Dani conducían su todoterreno por carreteras sinuosas, rodeados de paisajes verdes y vacas pastando tranquilamente. El aire puro y el aroma a hierba fresca les llenaba los pulmones, mientras la emoción por descubrir el famoso Roblón de Beleño crecía en sus corazones.

Tras aparcar el coche, se adentraron en el bosque, siguiendo un sendero que los condujo hasta el gigante de la naturaleza. El Roblón, un roble de más de 500 años, los recibió con su imponente presencia. Su tronco, de más de 10 metros de circunferencia, era un testimonio de la fuerza y la resistencia de la naturaleza.

Sofía y Dani se abrazaron al árbol, sintiendo su energía y su sabiduría. En ese momento, compartieron otro capítulo de "El sueño de una vida" de Sirin Klaus, imaginándose a Jack y Sara, encontrando refugio y consuelo en este mismo viejo roble, les recordó la importancia de conectar con la naturaleza y valorar su legado.
Al caer la tarde, regresaron al pueblo, donde disfrutaron de una cena tradicional en una sidrería local. El ambiente acogedor y la compañía de los lugareños les hicieron sentir como en casa. Antes de dormir, bajo un cielo estrellado, Sofía y Dani se prometieron volver algún día a San Juan de Beleño, para visitar de nuevo al Roblón y agradecerle su abrazo protector.

Continuará... Capítulo 6: Ponga y Cangas de Onís, entre puentes y baños




domingo, 4 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (IV)

Capítulo 4: Tabayón de Mongayu, la cascada del amor
El rugido del Tabayón de Mongayu los recibió al final de una empinada subida. La cascada, con sus 60 metros de caída libre, era un espectáculo impresionante que los dejó sin aliento. El agua pulverizada creaba un arco iris que parecía un puente hacia el cielo, mientras el sonido ensordecedor del agua al caer les recordaba la fuerza y la belleza de la naturaleza.


Sofía y Dani se acercaron a la base de la cascada, sintiendo la fuerza del agua en sus rostros y el rocío refrescante en su piel. En ese momento, compartieron el cuarto capítulo de "El sueño de una vida" de Sirin Klaus, y la historia de amor de Jack y Sara pareció cobrar vida en ese escenario mágico.


Sentados sobre una roca, con el agua cayendo a sus pies, se sintieron como los protagonistas de su propia novela romántica. La cascada, testigo silencioso de su amor, parecía bendecir su unión y augurar un futuro lleno de felicidad.
Al caer la noche, acamparon cerca del Tabayón, arrullados por el sonido del agua y el canto de los grillos. Bajo un cielo estrellado, se prometieron amor eterno, convencidos de que su historia, como la de Jack y Sara, sería un canto a la vida y a la pasión. 

Continuará.... Capítulo 5: San Juan de Beleño, el abrazo del roble


sábado, 3 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (III)


Capítulo 3: Pesanca, un baño de naturaleza
El día amaneció nublado, pero eso no impidió que Sofía y Dani se aventuraran en la Ruta de la Pesanca. Siguiendo el consejo de un lugareño, se desviaron del camino principal y se adentraron en un sendero que los llevó a un paraíso escondido.

El río Pesanca, con sus aguas cristalinas y sus pozas de ensueño, los invitó a sumergirse en un baño de naturaleza. Sofía y Dani se despojaron de sus ropas y se lanzaron al agua fría, riendo y salpicándose como niños. El contacto con la naturaleza los revitalizó, les hizo sentir vivos y conectados con el mundo que los rodeaba.
Bajo la sombra de un árbol centenario, compartieron el tercer capítulo de "El sueño de una vida" de Sirin Klaus. La historia de Jack y Sara, encontrando consuelo y esperanza en la naturaleza, les recordó la importancia de cuidar el planeta y vivir en armonía con él.
Al caer la tarde, emprendieron el camino de regreso, con el corazón lleno de gratitud por haber descubierto este rincón mágico de Asturias. La lluvia fina que comenzó a caer no hizo más que intensificar la belleza del paisaje, creando un ambiente romántico y misterioso que los envolvió en su abrazo.

Capítulo 4: Tabayón de Mongayu, la cascada del amor


viernes, 2 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (II)

 Capítulo 2: Bimenes, entre molinos y cascadas
La mañana los encontró en Bimenes, un pequeño concejo asturiano famoso por sus molinos y cascadas. Siguiendo la Ruta de los Molinos, un sendero estrecho y sinuoso, se adentraron en un bosque encantado donde el tiempo parecía haberse detenido. El sonido del agua corriendo por el arroyo los acompañaba como una melodía, mientras el sol se filtraba entre las hojas, creando un juego de luces y sombras que Dani inmortalizaba con su cámara.


Cada molino en ruinas era un testimonio del pasado, un recordatorio de la importancia del agua en la vida rural. Sofía y Dani se detuvieron a imaginar cómo habría sido la vida en aquellos tiempos, mientras compartían el segundo capítulo de "El sueño de una vida". La historia de Jack y Sara, construyendo su propio molino, resonaba en sus corazones y los inspiraba a seguir sus propios sueños.
Por la tarde, la Ruta del Río Pendón los desafió con sus subidas y bajadas, pero la recompensa fue espectacular. El cañón, con sus paredes verticales cubiertas de musgo y helechos, los dejó sin aliento. Las pequeñas cascadas que saltaban entre las rocas les refrescaron el rostro y el espíritu, como las palabras de Shirin Klaus que resonaban en sus mentes.


Al caer la noche, acamparon junto al río, bajo un cielo estrellado que parecía un manto de diamantes. Mientras compartían una cena sencilla y una taza de té caliente, Sofía y Dani se sintieron más unidos que nunca, como si la magia de Asturias y la historia de Jack y Sara hubieran tejido un lazo invisible entre ellos.


Continuará..
. Capítulo 3: Pesanca, un baño de naturaleza

jueves, 1 de agosto de 2024

Un sueño en la mochila (I)

 Capítulo 1: Oviedo, un preludio bajo la lluvia

La lluvia suave de Oviedo recibió a Sofía y Dani. Las gotas, finas y constantes, dibujaban un velo de misterio sobre la ciudad, pero no lograron apagar la emoción que brillaba en sus ojos. Con sus mochilas a cuestas y el mapa en mano, se adentraron en el casco antiguo, donde la imponente catedral gótica los esperaba con los brazos abiertos.

Dani, un apasionado de la historia y la arquitectura, se detuvo a contemplar la fachada de la catedral, maravillándose con los detalles de las esculturas y los vitrales. Sofía, a su lado, compartía su entusiasmo, aunque su mirada se desviaba de vez en cuando hacia las estrechas callejuelas que se abrían a su alrededor, invitándolos a explorar.

Tras una visita al museo arqueológico, donde Dani se deleitó con los tesoros del pasado asturiano, decidieron buscar un lugar para comer. Una amable anciana les recomendó la calle Gascona, conocida como el "bulevar de la sidra". Allí, entre el bullicio de los restaurantes y el aroma a manzana fermentada, encontraron un rincón acogedor en La Pumarada.

Mientras disfrutaban de una deliciosa fabada asturiana, Sofía sacó de su mochila un libro desgastado: "El sueño de una vida", de Shirin Klaus. Dani la miró con curiosidad, y ella le explicó que se trataba de un regalo de un amigo, una novela romántica que prometía ser la compañera perfecta para su viaje.

Con el primer capítulo entre las manos, Sofía comenzó a leer en voz alta, y las aventuras de Jack y Sara, los protagonistas, los transportaron a un mundo de sueños y posibilidades. En ese instante, bajo la luz cálida del restaurante y el sonido de la lluvia golpeando suavemente los cristales, Sofía y Dani sintieron que su propia historia de amor comenzaba a escribirse en las páginas de su aventura asturiana.

Continuará.... Capítulo 2: Bimenes, entre molinos y cascadas

lunes, 22 de julio de 2024

La Magia de la Luna Llena

Desde mi más tierna infancia, la luna llena ha ejercido en mí una profunda fascinación. Recuerdo las noches en que mi padre, con su voz cálida y envolvente, me contaba historias sobre la luna, haciéndome creer que si subíamos a lo alto de la montaña podríamos tocarla. Yo, con la inocencia y la imaginación propias de un niño, me lo creía a pies juntillas, y la sola idea me dejaba sin aliento. 

 Aunque ahora sé que aquello era imposible, esa sensación mágica sigue viva en mí. Cada vez que veo la luna llena, una parte de mí sigue deseando poder alcanzarla con mis propias manos. Y no solo eso, la luna también tiene el poder de conectar vidas. Hace unos días, cuando la luna estaba casi llena, me conecté con otra persona que está en la otra parte del mundo. Los dos sentimos como tocábamos la luna al mismo tiempo, unidos por su luz plateada a pesar de la distancia. Puede parecer una pura invención pero les puedo asegurar, más allá de lo que diga la ciencia, que es real; o al menos para mi en ese momento lo fue.


Este mes de julio, la luna llena del ciervo ha sido un verdadero regalo para los sentidos. Observarla no solo es un deleite visual, sino también una oportunidad para reconectar con las historias y tradiciones que han inspirado a la humanidad durante siglos.

La luna llena ha sido objeto de innumerables creencias y leyendas a lo largo de la historia. Se dice que cortarse el pelo o las uñas durante esta fase lunar favorece su crecimiento, y en algunas culturas se asocia con la fertilidad tanto de la tierra como de las mujeres. Aunque la ciencia ha desmentido la relación entre la luna llena y la locura, la expresión "lunático" sigue siendo utilizada para referirse a comportamientos extraños o impredecibles.

Nuestros antepasados utilizaban la luna como referencia temporal y guía para sus actividades, especialmente las agrícolas. La luna llena también era un momento propicio para encuentros familiares y festividades, y ha sido testigo de innumerables historias de amor bajo su luz plateada.

Las leyendas del hombre lobo, que se transformaba en bestia bajo la luna llena, me han fascinado desde siempre. Aunque sé que son solo eso, leyendas, su encanto perdura en el tiempo.

Recuerdo con nostalgia aquellos años en que, junto a un grupo de amigos, corríamos bajo la luna llena de abril. Era un ritual que nos llenaba de energía positiva y que bautizamos como "correr la luna de abril".

Este mes de julio, he elegido la Ermita de Cieza como escenario para disfrutar de la luna llena del ciervo. Allí, bajo un cielo despejado y con la mínima contaminación lumínica, la luna se ha mostrado en todo su esplendor, aunque las fots con el móvil no han sido capaces de captarla con toda su belleza.

No soy el único que busca estos momentos mágicos bajo la luz de la luna, no fui el único en la Ermita. Existe incluso un nombre para aquellos que compartimos esta fascinación: selenofilia; sin duda, puedo decir que soy selenefílico.

Observando la luna en la Ermita de Cieza, no he podido evitar pensar en Jack y Sara, los personajes de la novela "El sueño de una vida" de Shirin Klaus. Seguro que ellos también escucharon muchas de estas leyendas y compartieron momentos inolvidables bajo la luz de la luna llena.

domingo, 7 de julio de 2024

Mi rio, mi libro y mi sueño

Cada vez que puedo, suelo dar largos paseos por las orillas del río Segura a su paso por Cieza. Y suelo decir: "Este es mi río". Lo cierto es que no tengo escrituras ni ningún papel que avale que es mío; y seguro que cualquier vecino de Cieza puede decir lo mismo con la misma autoridad y rotundidad que yo. En realidad, ha sido el río de nuestros antepasados. Y ahora es el río de todos los que lo disfrutamos: de los huertanos que aprovechan sus aguas para hacer fértil la tierra, de la flora y la fauna que vive en él y de él, de los deportistas que lo navegan, de los turistas que lo admiran, de los historiadores que estudian su legado y de los muchos bañistas que, como yo, se refrescan en sus aguas durante los calurosos meses de verano.

Soy de los que prefieren el río a la piscina o la playa. Cada vez que puedo, me escapo a bañarme al río, por lo general al paraje conocido como "la presa".

He recorrido kilómetros y kilómetros del río dejándome llevar por sus aguas, con o sin salvavidas, en simples ruedas como flotadores de apoyo, en barca con amigos o en recorridos turísticos. He bajado presas, esquivado troncos y piedras. Soy un enamorado del río, quizás por eso digo que es mi río.

En otoño, invierno, primavera y también en verano, me gusta dar largos paseos junto al Segura por los caminos que lo serpentean, manteniendo un diálogo silencioso con sus aguas, sus árboles y sus veredas. En la paz de esos caminos he encontrado la solución a muchos problemas y la respuesta a muchas preguntas.

Desde hace unas semanas, en mis largos paseos por el río, llevo conmigo el libro "El sueño de una vida" de Shirin Klaus, esperando oír sus susurros sobre la fórmula mágica que pueda convertirlo en la lectura del verano.

El río Segura no es solo un río, es parte de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra vida. Es un tesoro que debemos cuidar y proteger para las generaciones futuras

sábado, 29 de junio de 2024

La magia de las fuentes naturales: La Murta

 Siempre me han fascinado las fuentes naturales. De niño, en mi pueblo, Mogente, era un ritual recorrerlas y beber su agua fresca, especialmente en verano. Llenábamos botijos y nos empapábamos sin cuidado. Al volver de vacaciones, revisitar cada fuente era una tradición familiar llena de risas y chapoteos. 

Las noches de verano eran mágicas. Mis hermanos, primos y yo explorábamos las fuentes del pueblo bajo la luz de la luna. Era un juego, un secreto compartido que atesoramos en la memoria.

Hoy en día, en Cieza, mi pueblo, sigo buscando manantiales y fuentes en mis paseos por el campo. Conozco su ubicación, sus historias y las leyendas que las rodean. Cada una es un portal al pasado, un testigo silencioso de innumerables vivencias.

Lamentablemente, muchas fuentes se han secado o su agua ya no es potable. Una excepción es la Fuente de la Murta, en Cieza, un manantial situado al pie del macizo del Almorchón. Su flujo constante, incluso en años de sequía, tiene algo de mágico. ¿Quién sabe? Quizás Jack y Sara, protagonistas de "El sueño de una vida", la hayan visitado en secreto, atraídos por su encanto.

Visitar la Fuente de la Murta es reconectar con la naturaleza y la historia. El sonido del agua brotando, el frescor del ambiente y la belleza del entorno crean una experiencia única.

Las fuentes naturales tienen una magia especial, como esta de la Murta en Cieza. Y cuando menos te lo esperas, surge una sorpresa como esta novela. 

Una grata mañana la que pase ayer. Os invito a descubrirla y a dejaros llevar por su encanto.

sábado, 22 de junio de 2024

El Museo del Esparto de Cieza: un espacio donde el pasado y el presente se entrelazan en la memoria colectiva

A mí me encanta caminar por el campo de secano de Cieza, sobre todo los días de lluvia o humedad. Me relaja perderme entre las matas de esparto en las rutas de secano de Cieza. Me flipa ese olor a tierra mojada y ver a los caracoles asomar tímidamente de sus caparazones. En años de mucha lluvia, el esparto crece que da gusto, y a veces, sin darme cuenta, me pongo a recoger los tallos más largos para hacer cuerdas y, al final del paseo, una honda para tirar piedras bien lejos, ¡como me enseñó mi padre!


Mi padre, en sus últimos años, encontró en el esparto un compañero inseparable. Nos pedía madejas de esparto ya preparado y, con sus propias manos, convertía esas fibras secas en pequeñas maravillas. Hacía de todo: alpargatas en miniatura que parecían de juguete, salvamanteles que daban ganas de usarlos, abanicos que parecían sacados de un museo, e incluso cernachos para los caracoles, ¡tan bonitas que daba pena usarlas! Era su forma de recordar viejos tiempos y de crear cosas bonitas con sus propias manos. Era un gustazo verlo trabajar el esparto, con esa mezcla de paciencia, habilidad y añoranza por lo que hacía.


Cieza vivió una época en la que el esparto era el rey. Fábricas por todos lados, gente trabajando día y noche... Pero no era todo tan bonito como parecía. La mayoría eran obreros explotados, niños trabajando, etc. con sueldos de miseria y condiciones de trabajo pésimas. Muchos vivían en casas de mala muerte, apenas tenían para comer. El esparto daba trabajo, sí, pero también mucha pobreza y sufrimiento. Una época de contrastes, de luces y sombras, que marcó la historia de Cieza.


En los años 60, era normal ver a las mujeres sentadas a la puerta de sus casas haciendo "lia", que es como se llama a la acción de trenzar el esparto para hacer capazos, esteras y otras cosas. Era una imagen típica de los pueblos, ¡casi como una postal! Hoy en día ya no se ve, pero por suerte hay sitios como el Pequeño Museo del Esparto que mantienen viva la memoria del esparto y nos recuerdan cómo era la vida antes. ¡Es como un viaje en el tiempo!


Entrar al pequeño museo del esparto de Cieza es como teletransportarse al pasado. Te encuentras con un montón de herramientas antiguas, algunas con nombres que ni te imaginas, todas usadas para trabajar el esparto. Ves cómo convertían esa planta seca en cuerdas, cestos, alpargatas... Conoces de primera mano, contado por sus protagonistas, cómo era la vida de los esparteros, el trabajo duro que hacían. Y te das cuenta de lo importante que fue el esparto para Cieza, una planta humilde que dio de comer a tantas familias. Al salir, miras de otra forma esos campos de esparto que rodean el pueblo, pensando en todas las historias que esconden.


En Cieza, además de deliciosos melocotones, melocotoneros y huertas en la zona de regadío, también encontrarás campos de esparto en las zonas de secano. Al pasear por ellos, recorres parte muy significativa de Cieza. ¡Y si tienes la oportunidad, visita el museo del esparto! Te sorprenderá descubrir la importancia que tuvo esta planta en la vida de la gente de Cieza.

sábado, 15 de junio de 2024

Los melocotones de Cieza: Un tesoro local con proyección internacional

Los melocotones de Cieza son reconocidos por su calidad, no solo a nivel local, sino también a nivel regional, nacional e internacional, convirtiéndose en un producto de exportación que lleva el nombre de nuestro pueblo a todo el mundo. Un simple paseo por los campos nos regala la vista de las diferentes variedades de melocotones, recordándonos la espectacular floración multicolor que disfrutamos hace unos meses.
 

Más allá de su exquisito sabor y calidad, los melocotones representan un motor económico fundamental para Cieza. Son muchos los que dependen de su cultivo y comercialización, no solo los empresarios agrícolas, sino también podadores, jornaleros y recolectores.


Para mí, los melocotones fueron una importante fuente de ingresos “extra” durante mi época de estudiante, hasta que ingresé a la universidad. Desde principios de junio hasta bien entrado agosto, trabajaba en la recolección, comenzando con las que eran variedades tempranas entonces como los Pipas, seguidas de los Chatos o Paraguayos, los Maruja y, finalmente, los Jerónimos en agosto. La jornada laboral comenzaba con las primeras luces del alba y se extendía hasta pasadas las dos de la tarde. Hoy en día, esas variedades ya no son tan comunes, solo las encontramos en manos de nostálgicos como yo que las conservan en sus campos o jardines como un recuerdo del pasado. En su lugar, predominan variedades más tempranas, productivas y resistentes a las plagas. 


Recuerdo con cariño a mi antiguo empleador, "Chinales", para quien trabajaba todos los veranos. Él siempre me incluía en sus cuadrillas y era de los últimos en despedirme allá por el mes de agosto con dinero “fresco” para la feria de finales de agosto. Recorrer los campos con la capaza a cuestas me permitía identificar los mejores melocotones, que guardaba para el final de la jornada para llevar a casa una docena de piezas especialmente dulces y recién cosechadas.



Su sabor único y su historia la convierten en un tesoro local que, sin duda, seguirá conquistando paladares en todo el mundo
.Los melocotones de Cieza son más que una fruta, son un símbolo de tradición, cultura y economía local.

viernes, 7 de junio de 2024

El Gorgotón de Cieza: Un manantial de ensueño en Murcia

 El Gorgotón de Cieza siempre ha sido un lugar mágico para mí. Un manantial de aguas cristalinas y templadas que brota junto al río, a la altura de la central eléctrica de Almadenes. En sus aguas puras me he dado el primer baño del año en más de una ocasión, marcando el inicio de la temporada de verano a principios de mayo.


Más allá de ser un simple lugar para refrescarse, el Gorgotón es uno de los manantiales más importantes de la Región de Murcia. Su caudal constante y la calidad de sus aguas lo convierten en un tesoro natural de incalculable valor. Rodeado de un entorno natural único, el manantial ofrece un refugio perfecto para aquellos que buscan escapar del bullicio de la ciudad y conectar con la tranquilidad de la naturaleza.


Pero el manantial no solo destaca por su belleza natural, sino también por su conexión con la última novela de mi hija Alba. En las aguas cristalinas del Gorgotón se bañaron Jack y Sara, los protagonistas de la novela "El sueño de una vida" de
Shirin Klaus
. Una historia de amor que ha hecho que mis paseos por el Gorgotón sean aún más especiales.


Si estás buscando un lugar para refrescarte en un entorno natural único y cargado de historia, las aguas del Gorgotón de Cieza son una opción ideal. Un lugar mágico donde podrás disfrutar de la belleza de la naturaleza, dejarte llevar por la paz y la tranquilidad, y, quizás, sentirte parte de una historia de amor inmortalizada en las páginas de un libro.

sábado, 1 de junio de 2024

La Presa de Cieza: Un lugar mágico para disfrutar del verano

 En Cieza, mi pueblo, existió una isla y una presa que servía para derivar agua, a través de un canal conocido como "el cauce", a una amplia zona que se convirtió en una fértil huerta rodeada de agua. Ni la isla ni la presa existen hoy en día como tales; sin embargo, tenemos una excelente zona de baño fluvial denominada "La Presa", que para mí es uno de los principales puntos de encuentro y baño con familia y amigos durante los largos veranos. Durante todo el año es una amplia zona recreativa con buena sombra, mucho espacio, mesas y bancos donde familias enteras y amigos se dan cita para disfrutar de una buena merienda.


Estaba muy cerca de mi casa, tan cerca que a la vuelta a casa todavía llegaba mojado y con el cuerpo helado por las frías aguas del río.


Sin duda, la zona de baño más popular de Cieza es "la presa"; esta guarda una interesante historia que se remonta a finales del siglo XIX. En 1891, se construyó una presa en el río Segura a poco menos de dos kilómetros del centro urbano con el objetivo de derivar el agua y hacer posible el riego en una amplia zona agrícola conocida como la Isla. Esta zona, ubicada entre el río y el canal de riego, se convirtió en una isla fértil gracias a la llegada del agua. La presa de Cieza fue derribada en 1973.


La puerta de entrada a "la isla" era un puente junto al cual se encontraba una tasca denominada bar "rana". La isla, además de huerta, contenía muchos rincones pegados al río que servían de zona de baño, con escondrijos de cañas y maleza para dejar la ropa. Por caminos pegados al río llegábamos a la presa desde donde nos metíamos en el agua y nos dejábamos arrastrar aguas abajo hasta llegar al arenal muy cerca del puente de Hierro.


La que fuera una isla ya no lo es, pero sigue siendo una fértil huerta regada por sistemas de riego más modernos. Lo que era una presa ya no existe, ni quedan restos visibles; en la actualidad es la zona de baño por excelencia
, como siempre lo fue, de muchos ciezanos, entre los que me cuento.

La "presa" de Cieza es un lugar mágico con mucha historia

sábado, 25 de mayo de 2024

El botijo: Un legado de tradición, ingenio y sostenibilidad

Hoy en día, nos resulta impensable no tener electricidad, frigorífico y agua fresca tanto en el campo como en la ciudad. Sin embargo, no siempre fue así. Yo, como muchos otros, nací y viví durante bastantes años sin corriente eléctrica y, por lo tanto, sin frigo. Pero siempre he tenido y he disfrutado del agua fresca, gracias en gran medida a un objeto simple pero ingenioso: el botijo.
 

Entre los métodos tradicionales para mantener el agua fresca sin electricidad ni frigorífico, el botijo destaca por méritos propios. Su presencia era constante en las casas tanto del pueblo como del campo. También era imprescindible para los jornaleros que trabajaban en el campo bajo el sol abrasador, quienes siempre encontraban un botijo fresco a la sombra para saciar su sed.
 

La forma característica del botijo, con su vientre abultado y su cuello estrecho, no es fruto del azar. Es una obra maestra de la ingeniería natural, inspirada en los propios principios de la física. Su amplia superficie permite una mayor evaporación, lo que enfría el agua contenida en su interior. Un diseño biomimético perfecto, que aprovecha las propiedades de la arcilla y la circulación del aire para crear un sistema de refrigeración natural, sin necesidad de energía externa.


El origen del botijo como método para tener agua fresca se remonta a la Antigüedad. Hallazgos arqueológicos datan su uso de miles de años atrás. Su diseño, basado en la porosidad de la arcilla, es un ejemplo magistral de cómo la observación de la naturaleza puede conducir a soluciones prácticas y sostenibles.


Por su sencillez y bajo costo, el uso del botijo se extendió rápidamente por toda la cuenca del Mediterráneo. En la Edad Media, los árabes introdujeron técnicas de alfarería más avanzadas, lo que permitió la elaboración de botijos más elaborados y decorativos.


En España, el botijo se convirtió en un elemento esencial de la cultura popular, especialmente en las zonas rurales. Su uso se mantuvo vigente durante siglos, y para mí sigue siendo un símbolo de la tradición.


Los botijos eran capaces de mantener el agua fresca de forma casi mágica. Sin embargo, esta magia no era más que genialidad. La genialidad del botijo reside en su capacidad para enfriar el agua a través de la evaporación. Las paredes gruesas de arcilla permiten que el agua se filtre lentamente hacia la superficie, donde se evapora. Este proceso de evaporación absorbe calor del interior del botijo, creando un efecto refrescante que mantiene el agua a una temperatura agradable. 


Recuerdo que era muy importante saber preparar un botijo adecuadamente para que “diera” agua fresca de calidad. Los pasos eran muy sencillos:

  • Sumergir el botijo nuevo en agua durante 24 horas. Esto ayuda a sellar los poros de la arcilla y evita que el agua se filtre demasiado rápido.
  • Algunos recomiendan agregar un poquito de anís al agua del remojo. Según decían, esto ayudaba a eliminar cualquier sabor a barro que pudiera quedar en el botijo.
  • Una vez completado el remojo, se vaciaba el botijo y se dejaba secar al aire libre durante 24 horas.

Con la llegada de los frigoríficos y otros métodos para tener agua fresca, el botijo ha perdido parte de su función original. Sin embargo, sigue siendo un objeto apreciado por muchos, incluido yo. Su capacidad para mantener el agua fresca de forma natural, sin necesidad de electricidad, lo convierte en una opción ecológica y sostenible. Además, su diseño simple y tradicional le aporta un encanto especial que lo hace un objeto decorativo.


En un mundo cada vez más preocupado por el medio ambiente, los botijos se erigen como un símbolo de sostenibilidad. Fabricados con materiales naturales y duraderos, no generan residuos ni contaminan. Su uso evita el consumo innecesario de energía eléctrica y de plásticos, contribuyendo a un futuro más verde.


Los botijos son mucho más que simples recipientes para el agua. En muchas culturas, representan la tradición, la artesanía y la conexión con la tierra. Su presencia en hogares y patios evoca recuerdos de veranos cálidos, reuniones familiare
s.

sábado, 11 de mayo de 2024

Un vergel añorado renace: "El sueño de una vida" en la finca del Madroñal

 Un manantial generoso, tierras fértiles y la sabia intervención humana en plena armonía transformaron un paraje en un auténtico vergel, admirado y recordado ahora con añoranza. Así fue durante años con Guillermo del Madroñal y sus antepasados. Sin embargo, desde hace tiempo, la finca permanece totalmente abandonada, con las huellas de su esplendor desvaneciéndose en la memoria de quienes la conocieron.

De la pluma de Shirin Klaus, la finca del Madroñal renace como un hotel rural cuidado por una familia, donde se desarrolla la trama de la novela "El sueño de una vida". La autora nos presenta una realidad alternativa que explora un escenario hipotético dentro de los límites de lo plausible, donde la ficción se entrelaza con una posible realidad.

En este universo alternativo, conocemos a Jack, un madrileño que ve Murcia como una región de segunda, y a Sara, una ciezana enamorada de su pueblo. La historia gira en torno al retorno al hogar de Jack, quien llega a Cieza, el pueblo de sus abuelos, buscando el dinero que necesita para salir de sus apuros económicos. Sin embargo, lo que encuentra es algo mucho más valioso: la importancia de la familia, el tiempo de calidad con amigos y la paz de la vida rural.
La novela nos presenta a una familia enamorada de su tierra y crea la entrañable figura del abuelo, quien se convierte en el protagonista en la sombra. La historia, divertida, tierna y conmovedora, nos envuelve en una atmósfera donde el amor se ve entrelazado con una intensa realidad familiar.

La autora, Shirin Klaus, logra tocar el corazón del lector con una prosa poética y delicada, creando atmósferas con gran maestría. "El sueño de una vida" no es una obra histórica, costumbrista ni autobiográfica, pero sin duda es una novela que nos invita a reflexionar sobre la importancia de nuestras raíces, la familia y la búsqueda de la felicidad en los lugares más inesperados

martes, 7 de mayo de 2024

La Fuente del Madroñal: Un oasis en la memoria

La Fuente del Madroñal es más que un simple manantial; es un pedazo de mi infancia, un lugar grabado a fuego en la memoria colectiva de Cieza. Parece que desde siempre, ha estado ahí, como si la naturaleza la hubiera puesto allí con mimo. Pero la realidad es que fue la mano del hombre la que la hizo posible, convirtiendo un terreno árido en un vergel.

 

Recuerdo cuando era pequeño, las visitas casi semanales a la fuente para llenar garrafas de agua. Era un agua pura y fresca, considerada de gran calidad, y la fuente nunca dejaba de manar, ni siquiera en los veranos más secos.

Esa agua fue aprovechada durante años para regar la finca del Madroñal, creando un oasis en medio de la montaña. Una gran balsa de riego, construida con piedra y cal, canalizaba el agua hacia una multitud de frutales: naranjos, limoneros, mandarinos, viñas... Y en el centro de todo, el madroño centenario, símbolo de la tenacidad de la vida.

Detrás de este vergel se encontraba la labor incansable del hombre. Hace muchos años, se construyó una conducción desde el nacimiento del manantial, situado a 800 metros de altitud, hasta la fuente. Un esfuerzo titánico que transformó las áridas laderas en un jardín exuberante.

En su origen, el agua brotaba libremente por la ladera, alimentando balsas y abrevaderos para los animales. A lo largo del tiempo, se fueron implementando diferentes sistemas de conducción: primero con tejas apiladas, luego tuberías de hierro y finalmente, las de PVC que yo recuerdo. Estas últimas permitieron canalizar el agua hacia la balsa y convertir la fuente en un manantial inagotable.

Hoy en día, el agua vuelve a fluir libremente por la ladera, como un recordatorio del ciclo natural y la importancia de preservar este tesoro natural. La Fuente del Madroñal sigue siendo un lugar mágico, un oasis en la memoria y un símbolo de la capacidad humana para transformar el entorno.


sábado, 4 de mayo de 2024

El Madroño del Madroñal: Un Gigante Silencioso

 

En el corazón de Cieza, entre frondosa vegetación y recuerdos de tiempos pasados, se erige un gigante solitario: el Madroño del Madroñal. Este árbol centenario, que da nombre a la finca que lo alberga, ostenta el título de árbol singular por su monumental tamaño y antigüedad, representando un tesoro de alto valor ecológico y patrimonial.


Durante siglos, ha sido testigo silencioso del paso de generaciones que lo han contemplado y cuidado. Su época dorada la vivió junto a Guillermo del Madroñal, quien dedicó su vida a mimar el entorno, especialmente al madroño. La fértil tierra, el agua del manantial y el esmero de Guillermo transformaron la finca en un vergel donde el árbol crecía feliz.


Sin embargo, el tiempo no ha sido bondadoso con este gigante. Tras años de abandono, el madroño se encuentra casi asfixiado por la maleza, sin poda adecuada y sediento de un agua que ya no baña sus raíces. Es una pena que un ejemplar único, con tanta historia y valor ecológico, se halle en este estado de deterioro, casi enterrado por la maleza que obstaculiza el acceso.

El Madroño del Madroñal permanece solo y abandonado, esperando que alguien tome medidas para rescatarlo, garantizar su conservación y devolverle su imponente majestuosidad. ¿Volverá este gigante a brillar como símbolo de la riqueza natural y cultural de Cieza.

Este árbol centenario no es solo un ejemplar único, es un pedazo de nuestra historia y un tesoro natural que merece ser preservado. Es nuestro deber protegerlo y asegurarnos de que las futuras generaciones puedan disfrutar de su majestuosidad.


martes, 30 de abril de 2024

¡El Mar Menor respira aliviado! Teresa Vicente recibe el Premio Goldman

 Hoy, la comunidad del Mar Menor, los espacios naturales y la naturaleza en su conjunto se encuentran de enhorabuena. Teresa Vicente, abogada y profesora de la Universidad de Murcia, ha sido galardonada con el Premio Goldman, conocido como el Nobel del ecologismo, por su incansable lucha en la defensa del Mar Menor y otros espacios naturales de la Región de Murcia.

Recuerdo perfectamente el momento en que Teresa Vicente presentó su idea de una iniciativa legislativa popular (ILP) en la Comisión de Derechos de la Naturaleza y Humanos de la Universidad. Las caras de escepticismo eran evidentes, incluso un miembro relevante de la Comisión la tachó de "tarea imposible". Sin embargo, Teresa no se rindió. Con una determinación inquebrantable, emprendió la titánica tarea de recopilar firmas, enfrentando obstáculos y críticas a cada paso.

Su arduo trabajo y perseverancia dieron frutos. La ILP logró reunir más de 600.000 firmas, impulsando la aprobación de la Ley 19/2022, que reconoce al Mar Menor como persona jurídica, otorgándole derechos propios para su protección. Un hito sin precedentes en la lucha por la defensa del medio ambiente.

El Premio Goldman a Teresa Vicente es un merecido reconocimiento a su labor incansable y un símbolo de esperanza para todos aquellos que luchan por un planeta más sostenible. Su ejemplo nos inspira a alzar la voz, unirnos y actuar por la protección de nuestro medio ambiente. ¡Enhorabuena, Teresa! Que este premio sea un faro que ilumine el camino hacia un futuro más verde y armonioso para todos.
 

Con  esta entrada me hago eco de este hito histórico y reanudo las entradas en este blog con anotaciones semanales.

domingo, 27 de febrero de 2022

Floración Cieza 2022: Un regalo para los sentidos y las emociones

Ha empezado el programa oficial de la "floración 2022" en Cieza después del parón por el Covid. Una cita especialmente recomendada para los amantes de la naturaleza o aquellos que simplemente quieren pasar un día de encuentro con el medio natural, para los que se quieren dejar sorprender, para los que buscan rincones especiales o para los que creen que la vida “se puede respirar” a través de los sentidos. El clima, la tierra, el adecuado aprovechamiento del agua, las manos de los agricultores y los años de historia hace que los campos de Cieza estén cubiertos por miles de árboles frutales (almendros, ciruelos, melocotoneros, albaricoqueros, etc.), y muy especialmente por multitud de variedades de melocotoneros que empiezan a florecer con los primeros calores de finales de enero y acaban a principios de abril; pero es marzo el mes en el que coincide la floración de la mayoría de árboles componiendo un mágico manto multicolor que inunda los sentidos y hace que todo se vea diferente. Algo espectacular que, aunque repetido año tras año, no deja de fascinarme. Un regalo para los sentidos y las emociones humanas; un mosaico que impregna todos nuestros sentidos e inunda nuestros recuerdos. 

Una cita para todos los públicos con rutas para senderistas, para amantes de la bicicleta o el caballo, descensos náuticos por el río Segura, pruebas deportivas, visitas guiadas a lugares de interés histórico y cultural, mercadillos, danzas, concursos de fotografía y exposiciones. Es una oferta muy amplia en permanente actualización para vivir la naturaleza y para participar en actos culturales o deportivos que, más allá del programa oficial, se enrique con continuas propuestas de asociaciones y colectivos.

Puede ser un día o un fin de semana en Cieza donde podemos encontrar Rincones con historia: la Ciudad Islámica de Medina Siyâsa  y la Cueva de la Serreta en visitas programadas y concertadas con la oficina de turismo. Y en el mismo casco urbano los museos de Medina Siyâsa  y el Pequeño Museo del Esparto

Es muy fácil encontrar rincones con especial encanto para disfrutar de la comida típica de Cieza; en cualquier caso es muy recomendable no irse sin probar el arroz y conejo y, al menos, una tapa de pipirrana. 
 

Y alguna sugerencias para llevarse un buen recuerdo de Cieza, pensando en acompañar alguna buena comida o en sorprender a un amigo: la oliva mollar en tarros, los embutidos, el pan casero o la fantástica "Trenza Ciezana"...