domingo, 7 de julio de 2024

Mi rio, mi libro y mi sueño

Cada vez que puedo, suelo dar largos paseos por las orillas del río Segura a su paso por Cieza. Y suelo decir: "Este es mi río". Lo cierto es que no tengo escrituras ni ningún papel que avale que es mío; y seguro que cualquier vecino de Cieza puede decir lo mismo con la misma autoridad y rotundidad que yo. En realidad, ha sido el río de nuestros antepasados. Y ahora es el río de todos los que lo disfrutamos: de los huertanos que aprovechan sus aguas para hacer fértil la tierra, de la flora y la fauna que vive en él y de él, de los deportistas que lo navegan, de los turistas que lo admiran, de los historiadores que estudian su legado y de los muchos bañistas que, como yo, se refrescan en sus aguas durante los calurosos meses de verano.

Soy de los que prefieren el río a la piscina o la playa. Cada vez que puedo, me escapo a bañarme al río, por lo general al paraje conocido como "la presa".

He recorrido kilómetros y kilómetros del río dejándome llevar por sus aguas, con o sin salvavidas, en simples ruedas como flotadores de apoyo, en barca con amigos o en recorridos turísticos. He bajado presas, esquivado troncos y piedras. Soy un enamorado del río, quizás por eso digo que es mi río.

En otoño, invierno, primavera y también en verano, me gusta dar largos paseos junto al Segura por los caminos que lo serpentean, manteniendo un diálogo silencioso con sus aguas, sus árboles y sus veredas. En la paz de esos caminos he encontrado la solución a muchos problemas y la respuesta a muchas preguntas.

Desde hace unas semanas, en mis largos paseos por el río, llevo conmigo el libro "El sueño de una vida" de Shirin Klaus, esperando oír sus susurros sobre la fórmula mágica que pueda convertirlo en la lectura del verano.

El río Segura no es solo un río, es parte de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra vida. Es un tesoro que debemos cuidar y proteger para las generaciones futuras

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