En el Paseo de Ronda, a la altura del Centro de Salud Cieza-Oeste, se erige la Escultura de Donantes de Sangre realizada por David Rodríguez Pérez; una gota de sangre protegida por tres capas superpuestas de menor a mayor tamaño que simbolizan las tres etapas de la vida: juventud, madurez y ancianidad. Allí la podemos encontrar, especialmente majestuosa y feliz; tan feliz que si se la observa con paciencia se puede ver como se le escapa una sonrisa (la escultura desde diferentes ángulos).
Feliz como si supiera que ocupa un lugar privilegiado desde el que puede contemplar la huerta de Cieza, casi oír el agua del Río Segura y dejarse arropar por la Atalaya en momentos de soledad. Feliz como si supiera que es un símbolo que rinde homenaje a todos los hombres y mujeres que durante muchos años han donado sangre desde la más absoluta generosidad, a todos aquellos que con su gestión, como es el caso de Pascual Belmonte, han hecho posible que Cieza haya sido un referente regional e incluso nacional en la donación de sangre.
Una excelente escultura y un merecido reconocimiento. En palabras de Antonia Gomez Simon (responsable de promoción del Centro Regional de Hemodonación) desde el centro de hemodonación, entidad a la que represento, agradecemos el reconocimiento tan merecido que se ha hecho a los donantes de sangre; es una labor callada, anónima, que salva vidas a diario y digna de ser reconocida. La escultura, realizada por un ciezano, y donante de sangre habitual, plasma el ciclo de la vida, vida que a veces no sería posible sin ese líquido tan preciado que es la sangre. Ya era hora que los donantes de sangre de Cieza tuvieran su merecido reconocimiento, y gracias a Pascual Belmonte, presidente de la asociación de donantes de sangre de Cieza y al escultor, los donantes ya tienen su merecido homenaje.
Una excelente escultura y un merecido reconocimiento. En palabras de Antonia Gomez Simon (responsable de promoción del Centro Regional de Hemodonación) desde el centro de hemodonación, entidad a la que represento, agradecemos el reconocimiento tan merecido que se ha hecho a los donantes de sangre; es una labor callada, anónima, que salva vidas a diario y digna de ser reconocida. La escultura, realizada por un ciezano, y donante de sangre habitual, plasma el ciclo de la vida, vida que a veces no sería posible sin ese líquido tan preciado que es la sangre. Ya era hora que los donantes de sangre de Cieza tuvieran su merecido reconocimiento, y gracias a Pascual Belmonte, presidente de la asociación de donantes de sangre de Cieza y al escultor, los donantes ya tienen su merecido homenaje.
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