Juan José García Escribano |
Juan José es Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Doctor en sociología por la Universidad de Murcia y especialista en sociología política y análisis de la opinión pública; es también codirector del Centro de Estudios Murcianos de Opinión (CEMOP). Por sus trabajos, investigaciones, publicaciones y experiencia política conoce muy bien la actual situación política, social y económica de nuestra región. Juan José es un excelente compañero de universidad, incansable en el trabajo, sensible a los problemas cotidianos, de una enorme generosidad vital y sobre todo, muy amigo de sus amigos y un compañero de camino con el que siempre se puede contar.
¿Es correcto afirmar que eres un europeísta?. ¿Qué significa ser europeísta?
Como español, ciudadano de un país que se ha sido beneficiario neto de las políticas europeas, y como ciudadano del mundo, considero que la UE es, en términos generales, una buena cosa y, por tanto, me considero europeísta. Creo que, si la UE no existiera, sería bueno crear algo parecido, aunque seguramente habría que reinventarla, repensarla de otra forma, ya que el mundo se ha transformado mucho desde que se colocaron los primeros pilares del edificio europeo. Después de esta declaración de fe europeísta, deseo resaltar que no soy complaciente con el desarrollo de la UE en los últimos tiempos. Al imaginar el futuro de la UE advierto más sombras que luces, y soy de la opinión de que, en bastantes aspectos, Europa se ha dormido en los laureles, por lo que se hace ineludible renovar ideas y mensajes, especialmente cuando el resto del mundo no europeo, en términos demográficos, sociales e incluso económicos, es mucho más joven e inquieto que Europa. La percepción, cada vez más extendida, de Europa como una región envejecida, desfallecida, acomodada y conservadora no favorece una posición de futuro. Por ello, ser hoy día europeísta es hacer una continúa crítica constructiva de lo realizado hasta el momento, porque se hace necesaria más Europa, una Europa más visible, en definitiva, otra Europa.
El próximo 25 de mayo son las elecciones europeas. ¿Tenemos motivos para seguir creyendo en Europa y para ir a votar?
En Europa se habla mucho de “déficit democrático” y es cierto que existe, pero creo que el problema más profundo de Europa es su “déficit cognoscitivo”, nuestra falta de comprensión acerca de lo que la UE representa para todos nosotros. Los líderes políticos deberían hacer más pedagogía, y las Elecciones Europeas podrían ser una buena ocasión para ello, pero quizás no esté entre sus intereses el que los europeos comprendamos Europa. El Parlamento Europeo es elegido por una elección transnacional que se decide por una campaña centrada habitualmente en temas locales o nacionales y con unos resultados que tienen normalmente consecuencias locales o nacionales. Además, en épocas de crisis el voto en las elecciones europeas parece nacionalizarse incluso en mayor medida. La mayoría de los electores está pensando en unas elecciones y votando para otras. Pero en las elecciones de mayo de 2014 se elige un Parlamento con más poder, una institución mucho más influyente y con nuevas competencias, como la elección del nuevo Presidente de la Comisión Europea, lo que hace que, como señala el lema del Parlamento Europeo para estos comicios, "esta vez son diferentes".
Para unos Europa es la solución, para otros es el problema y para muchos es indiferente. ¿Tu cómo lo ves?
Es difícil responder, porque si nos dejamos llevar por la visión escéptica, podemos pensar en una imagen excesivamente negativa sobre la situación de Europa en estos momentos. Y si nos dejamos llevar por los aspectos positivos, podríamos llegar a una visión cándida o angelical de esa Europa, que para nosotros fue siempre un faro positivo. Estamos en un momento crítico en el que los lazos que se han ido creando entre los Estados miembros de la UE son ya tan fuertes que ninguna política autónoma es posible por parte de ningún Estado. Sin embargo, los distintos gobiernos no tienen esta conciencia y siguen fomentando el mito de la independencia de los Estados de la Unión, no queriendo admitir que la interdependencia que se ha ido edificando persistentemente hace que esta supuesta independencia sea simplemente un mito. La UE debería tener hoy tanto sentido como en los años de su fundación, hace casi sesenta años, ya que creo que es el mejor instrumento que podemos tener para poder afrontar la era de la incertidumbre y la globalización.
¿Como ciudadano y como sociólogo qué puedes destacar de Cieza?
Más que de Cieza, ciudad de la que manejo pocos datos empíricos que sólo me permitirían tener una visión demográfica que apuntaría a un cierto estancamiento (por ejemplo, mientras Cieza en 1970 tenía más habitantes que Molina de Segura -26089 y 23579, respectivamente-, en la actualidad es al contrario. Molina creció entre 1970 y 2011 un 183,2%, llegando a los 66771 habitantes, mientras que Cieza incrementó su población en un 34,9% y sus efectivos poblacionales en 2011 se situaban en 35195), creo que si se puede hablar de la Región de Murcia, y Cieza no difiere mucho de lo que acontece a nivel regional. La actual crisis ha puesto de manifiesto muchas de las deficiencias estructurales que tiene la Región: la renta per cápita murciana sigue estando lejos de la media española, las tasas de desempleo y de destrucción de empresas están por encima, el fracaso escolar también es superior, campeones en déficit público y en crecimiento de la deuda pública, la corrupción está presente en mayor medida que en otras regiones, en definitiva, muchos indicadores señalan que hemos empeorado respecto a hace unos años y que, sobre todo, desconfiamos firmemente de que nuestros gobernantes sean capaces de hacer que nuestra realidad mejore. Pero, como decía Raimundo Llull, “no nos juzguemos salvados sólo por nuestra inocencia”… de lo que sucede, y de lo que pueda acontecer, todos somos responsables.
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