Su primer día en la capital de Colombia, Bogotá, los recibió con un abrazo de arte urbano y un cielo gris que no empañaba su espíritu vibrante. Sofía y Dani se perdieron en las calles laberínticas, admirando los murales que contaban historias de lucha y esperanza. La mezcla de colores, la energía creativa y la amabilidad de los bogotanos creaban una atmósfera única, una sensación de que algo mágico estaba a punto de suceder.
En una plaza, encontraron un grupo de músicos tocando melodías andinas, y
Dani, contagiado por el ritmo, invitó a Sofía a bailar. Mientras giraban al compás de la música, Dani recordó la novela "El sueño de una vida" de Shirin Klaus, donde Jack y Sara descubrían paso a paso la magia del amor en un entorno maravillo como era Cieza, su pueblo. Sofía, con los ojos brillantes, susurró: "Nuestro viaje es como una canción, Dani, cada lugar una nueva melodía".
"Mira esos colores, Dani", exclamó Sofía, señalando un mural lleno de flores y aves exóticas. "Bogotá es como un lienzo gigante donde los artistas expresan sus sueños y esperanzas".
Dani asintió, maravillado por la creatividad que desbordaba en cada esquina. "Es como si la ciudad misma fuera una obra de arte en constante evolución", comentó. "Y nosotros somos parte de ella, Sofía, dos pinceladas de amor en este lienzo de colores".
Sofía se acercó a él y le dio un beso tierno. "Juntos, pintaremos nuestro
propio cuadro, Dani, un cuadro lleno de alegría, aventura y pasión".
Continuará... Capítulo 18: Filandia, un Edén Entre la Niebla
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