sábado, 28 de enero de 2012

Eduardo López Pascual: “El extraño caso del Tribunal Constitucional”

El pasado jueves nuestro vecino Eduardo López Pascual, en la Galería de arte Efe Serrano de Cieza, presentó su última novela: El extraño caso del Tribunal Constitucional, (PR Ediciones, 2011). Eduardo es conocido y reconocido como poeta con libros como  "Un tiempo para Murcia", "Raíces de vida inacabada", “la mirada que nos queda”, "Como nacido del pueblo", "Versos Proscritos" o "Hablando a la madrugada de estas cosas" entre otros muchos poemarios. Y también es autor de gran cantidad de novelas entre las que cabe destacar "Proceso a un hombre muerto", "La otra cara de la luna", "Canto a un hombre español" o "Los días que vinieron inexplicablemente". A todas ellas ahora se suma El extraño caso del Tribunal Constitucional que, en palabras del autor, es una fábula repleta de intriga y suspense alrededor de las extrañas muertes producidas en el Tribunal Constitucional a causa de presiones nacionalistas. A través de una trama sobre el asesinato de un magistrado, esta obra pone el acento en la intromisión de la política en el estamento judicial e invita a una reflexión sobre el sometimiento del Alto Tribunal a los intereses políticos.

La novela fue presentada por el escritor, economista y periodista Josele Sánchez quien entre otras casas dijo que con esta novela Eduardo ha  alcanzado la madurez literaria. Para Eduardo, según  me confesaba después de la presentación, estas son las palabras de un buen amigo; la verdad es que  con este libro he madurado personalmente, con este libro he intentado mejorar mi prosa, mi relato; me he sentido muy cómodo escribiendo y una vez terminado he sentido una profunda satisfacción. Esta es una novela de denuncia política profundamente coherente con la vida de Eduardo; en palabras de Eduardo, esta novela tiene una buena dosis de denuncia; una denuncia estructural; escrita en clave de "política-ficción", denuncia la intromisión de la política en el estamento judicial e invita a una reflexión sobre el sometimiento del Tribunal Constitucional a los intereses nacionalistas con grave amenaza para la permanencia de España como nación. Una novela  que para Eduardo se situaría  en lo que llamamos "realismo literario", aunque lejos del "neorealismo italiano", por ejemplo.
 
En Cieza hay muchos lectores y muy buenos escritores. Pero muy pocos escritores pueden  ver publicadas sus obras. Eduardo López Pascual lo ha conseguido: ¡Felicidades! y gracias por firmarme el libro

domingo, 22 de enero de 2012

José Luis Pardos presenta su último libro

José Luis Pardos presentó el pasado viernes, en el Salón de Plenos  del Ayuntamiento de Murcia, el libro El modernizador. Una aproximación a Floridablanca. Una obra necesaria e imprescindible para conocer en su auténtica dimensión la figura de este personaje que ha sido uno de los pocos “hombres de estado” que ha tenido Murcia. Sin lugar a dudas, se puede afirmar que un ciezano acaba de publicar un profundo y exhaustivo ensayo biográfico sobre la figura  de José Moñino y Redondo, conde de Floridablanca (1727-1808).

Como se puede ver en la imagen que acompaña esta entrada, más de 150 personas asistieron al acto; amigos, compañeros, expertos e interesados en la figura del Conde de Floridablaca (ver algunas imágenes más). El libro ha sido editado por Editum (Ediciones  de la Universidad de Murcia) en colaboración con nuestra Fundación Los Álamos de Cieza; la publicación del libro coincide con el 203 aniversario de la muerte del conde de Floridablanca. Una aportación fundamental para conocer mejor a este personaje histórico; un libro que aporta claves sustanciales  para entender mejor al Conde de Floridablanca y su proyección en el actual siglo XXI.


En su intervención José Luis Pardos gloso ampliamente y con detalle la personalidad universal que supone este ilustrado del Reino de Murcia destacando su honestidad, lucidez, visión de Estado y de futuro. Su intervención estuvo plagada de  anécdotas que la hicieron enormemente amena y permitieron trasladar al auditorio la auténtica dimensión y amplio concepto humanitario de Floridablanca en su función de gobierno y la superación de los retos que supusieron para él tanto la Revolución americana como la francesa. 

Algunos titulares de prensa:

miércoles, 4 de enero de 2012

Visita Guiada a la ciudad islámica de Medina Siyâsa: un viaje en el tiempo

Ayer vivimos un apasionante viaje en el tiempo. Entramos en la ciudad islámica de Medina Siyâsa de Cieza por su puerta principal atravesando su muralla; los 67 visitantes desayunamos compartiendo dátiles, higos secos, nueces, alfajores, torrijas, té moruno y muchos más dulces típicos traídos desde Murcia, Cartagena, Cehegin, Bullas, Águilas, Cieza y otros puntos de la región; escuchamos la llamada a la oración de un almoicín de Marruecos... Poco a poco, casi sin darnos cuenta, de la mano de los directores de las excavaciones Joaquín Salmerón y Paco Escobar, así como de la guía de turismo del Museo Medina de Siyâsa Cristina Lucas nos trasladamos desde las ruinas actuales a los primeros asentamientos del siglo XI. Prácticamente la totalidad de la ladera del monte de El Castillo estaba edificada con viviendas, también se podían ver comercios y baños públicos, así como varios edificios destacados que podrían ser mezquitas; en lo más alto un recinto amurallado y en la parte más baja el cementerio; a las 19 viviendas excavadas se unían muchas más; incluso se podía ver el trasiego de sus habitantes ocupados en sus tareas habituales. Recorrimos los momentos de su máximo esplendor en los siglos XII y XIII hasta llegar a su decadencia, abandono definitivo y como, con el paso del tiempo, se fue cubriendo con toneladas de tierra… Por unos momentos los trozos derruidos parecían recuperar su lugar original para mostrar lo que fueron en su momento; las calles volvían a ser calles, y las casas volvían a ser casas con dependencias y enseres. Paseamos por sus estrechas calles y entramos en sus casas, visitando sus salones, cocinas, letrinas y otras dependencias. En muchos de los arcos se podía leer la frase “la paz y la prosperidad”. En algunos momentos nos llegamos a cruzar con sus moradores que no parecían inmutarse por nuestra presencia… Se hace la hora del regreso; todo vuelve a su actual estado de abandono; allí se quedan esperando otros tiempos de esplendor que quizás ya nunca llegarán.

Para nosotros, los 67 visitantes, todo empezó poco después de las 10 de la mañana en el Molino de Teodoro, unos atraídos por una convocatoria general del Museo de Medina Siyâsa y otros, como es mi caso, convocados personalmente por Joaquin Salmerón. De allí empezamos a caminar hacia el yacimiento de "El Castillo", antigua ciudad de Siyâsa. Cruzamos la acequia de la Andelma hasta llegar al conocido como circuito “cola-cao”; un magnifico camino que recorre la falda de la Atalaya y desde el que se puede disfrutar de una excepcional panorámica de Cieza, especialmente su casco antiguo, del río Segura y de la huerta; breves paradas para repasar la historia del puente de Hierro y del puente de Alambre que es uno de los pocos puentes colgantes que podemos encontrar en la Región de Murcia; poco después nos paramos en la Chinica del Argaz. Pronto empezamos el camino de ascenso tomando primero la senda del Moro y después la del Sarraceno. En pocos minutos llegamos arriba donde nos paramos para ver la ermita y el barranco de San Pablo. Antes de las doce ya estábamos desayunando en Medina Siyâsa. Un poco antes de las dos iniciamos el regreso. Esta vez dirección hacia el Santuario de la Virgen del Buen Suceso para bajar por la Senda del Zig-zag hasta el cruce de los cuatro caminos donde volvemos a tomar la senda del Moro y por ella al punto de partida donde llegamos cuatro horas después de haber salido:  Senderismo, paisaje, historia, arqueología... ¡Un fantástico viaje en el tiempo!.

Son muchas las veces que ya he visitado la ciudad islámica de Medina Siyâsa. Cada vez me encanta y fascina más...

Un enlace para saber más de Siyâsa

domingo, 1 de enero de 2012

San Silvestre Ciudad de Cieza 2011 “Memorial Antonio Piñera”

Un año más Cieza, al igual que el año pasado y que otras muchas ciudades de todo el mundo, despidió el año corriendo; fueron dos vueltas a Cieza, 6400 metros solidarios organizados por segundo año consecutivo por la Cofradía de la Santa Verónica (ver algunas fotos). Este año había algo que la hacía diferente y muy especial para muchos: la organización, recogiendo un amplio sentir, había decidido que a partir de ahora lleve el nombre de Memorial Antonio Piñera. Ello ha hecho posible que ayer nos volvimos a encontrar un buen número de amigos y compañeros a los que nos unía y nos unió el gusto por correr como modo de hacer ejercicio físico y de encontrar la amistad en su estado más puro, más allá de la competición, de marcas, de primeros y últimos… Un grupo de amigos y compañeros para los que Antonio Piñera era un referente y un amigo imprescindible.

No había dudas sobre el lugar, el día y la hora; era una de las citas más esperadas de la semana. Durante años, todos los domingos, con los primeros rayos de sol, nos encontrábamos en el puente de Hierro; allí siempre estaba Antonio Piñera; él nunca fallaba, ni llegaba tarde. Tras quince minutos de saludos, estiramientos y planificación de la ruta empezábamos “a recorrer” caminos y sendas por la orilla del río, por la huerta, por la Atalaya, por el Menjú, por el Jinete, por El Madroñal (ver, por cortesía de José Martínez Saorín y José María Rodriguez Santos, plano de recorridos más habituales pisoteados por los atletas locales en la zona de la Atalaya); rutas que aunque se repitieran siempre parecían nuevas; jamás se quedaba nadie en el camino, ni los más rezagados que casi siempre éramos los mismos. Así hemos recorrido y compartido cientos de kilómetros, pisando y oyendo el chinarro bajo nuestros pies, sintiéndonos parte de un grupo al que queríamos y en el que nos sentíamos queridos. Un grupo de amigos y compañeros para los que Antonio Piñera era un referente y un amigo imprescindible.

Éramos y somos el Club Partiendo el Chinarro