El rugido del Tabayón de Mongayu los recibió al final de una empinada subida. La cascada, con sus 60 metros de caída libre, era un espectáculo impresionante que los dejó sin aliento. El agua pulverizada creaba un arco iris que parecía un puente hacia el cielo, mientras el sonido ensordecedor del agua al caer les recordaba la fuerza y la belleza de la naturaleza.
Sofía y Dani se acercaron a la base de la cascada,
sintiendo la fuerza del agua en sus rostros y el rocío refrescante en su
piel. En ese momento, compartieron el cuarto capítulo de "El sueño de
una vida" de Sirin Klaus, y la historia de amor de Jack y Sara pareció cobrar vida en
ese escenario mágico.
Sentados sobre una roca, con el agua cayendo a
sus pies, se sintieron como los protagonistas de su propia novela
romántica. La cascada, testigo silencioso de su amor, parecía bendecir
su unión y augurar un futuro lleno de felicidad.
Al caer la noche,
acamparon cerca del Tabayón, arrullados por el sonido del agua y el
canto de los grillos. Bajo un cielo estrellado, se prometieron amor
eterno, convencidos de que su historia, como la de Jack y Sara, sería un
canto a la vida y a la pasión.
Continuará.... Capítulo 5: San Juan de Beleño, el abrazo del roble
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