Los Armaos son tan antiguos como el propio cristianismo, ya que así lo exponen los cuatro evangelistas, pues fueron los que prendieron, flagelaron y crucificaron a Cristo. Se les conoce por Centuriones, soldados romanos, y en algunos lugares –Cartagena, por ejemplo- como judíos, pues lo eran la mayoría de ellos, aunque al servicio del Sanedrín o de Poncio Pilatos, gobernador de la región hebrea en ese tiempo. Armaos se les definió en el siglo II ya que fue cuando sus cascos se forjaban, en parte, en hierro, pues durante el mandato de Octavio Augusto lo eran en oro.
Podemos decir que hay dos tipos de Armaos, unos los Soldados Romanos, evangélicos, que han sido históricamente rechazados y nombrados como sayones o esbizrros por su participación activa en la Pasión de Cristo y otros los Armaos que hoy en día conocemos, queridos por las gestes, respetados, y emblemáticos en las procesiones de Semana Santa. Su presencia en estos desfiles es culturalmente imprescindible iconográficamente de gran abolengo y belleza.
Los Armaos queridos que hoy conocemos tienen sus orígenes en la religiosidad popular, y más concretamente en la Literatura de tradición oral. Nacieron en Inglaterra en el siglo XII cuando los juglares de época escenificaban pasajes de la Pasión de Cristo, dando así lugar a los primeros embriones de Autos de Pasión en lengua vernácula, que se extendieron por toda la cristiandad, muy alejados de esos otros recitados en latín en el interior de los templos y Abadías, cultos, que tenían lugar desde el siglo VI. Estos cómicos, o juglares influyeron en las gentes hasta llevarlos, como aficionados, a representar pasajes de la Pasión, casi siempre la Entrada en Jerusalén de Jesús y El Prendimiento, popularizándose este incipiente teatro pasionario. En las escenificaciones en latín los soldados romanos no eran representados, en los populares sí, pues está documentado que ya intervenían en el siglo XIII.
Otro paso adelante fue cuando en el siglo XVI la religiosidad popular los introdujo en los templos al encomendarles la vela del Monumento durante el Triduo Pascual, hecho que tiene su antecedente en el siglo XIII cuando soldados romanos acompañaban a la Custodia en la Procesión del Corpus Christi. Dicha vela está documentada que la realizaban ya en el siglo XI los asistentes a los templos y que lo hacían pertrechados de armas.
Isabel Mira Ortiz
Abril 2011
¡¡Por nuestra Semana Santa y su declaración de interés Turístico Nacional!! Abril 2011
Pd. La imagen que acompaña esta entrada es parte de la portada de la Revista El Anda; su autor es Manuel Carpio López.
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