¿Cuál es la tesis o idea central de la conferencia?
La convicción de que los estragos del rescate serían de tal magnitud que es preciso evitarlo a toda costa. Es perfectamente posible hacer otra política en el ámbito de la Unión Europea, e incluso en España que conserva ciertos márgenes de maniobra, a pesar de lo que nos cuentan políticos perezosos con poca imaginación, pocas ganas de trabajar y mucha predisposición a dejarse invadir competencias, sin pensar en lo que es verdaderamente necesario para sus conciudadanos.
A veces me da la impresión de que están administrando la información de forma planificada de tal manera que lo que hace solo unos meses era imposible e inasumible ahora resulta irremediable, asumible y es considerado como un mal menor ¿Cómo lo ves?, ¿existe esa “mente” planificadora?
La economía es, en parte, un juego de intereses, en el cual, por ejemplo, lo que conviene a Alemania, puede no convenirle a España. No creo que haya una mente planificadora oculta que esté diseñando las políticas que tanto nos están perjudicando. Esa mente es bien reconocible, es la de los intereses de algunos países del norte de Europa y de grupos de poder económico y financiero ubicados en esos países, que han decidido que tenemos que pagar las deudas ya, aunque ello suponga nuestra aniquilación parcial.
¿En manos de quien está el poder político y económico?.
En el ámbito de la Unión Europea lo deseable es que estuviese en manos del Parlamento y de un Gobierno de la Unión, pero no lo está. En este momento pesan más los intereses, y el poder, de Alemania, su Gobierno y su Banco Central, que el Parlamento Europeo, La Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
¿Te da la impresión de que en la actualidad la profesión de economista está bastante cuestionada socialmente?.
Tengo la impresión de que así es, y de que nos lo hemos ganado a pulso. Aunque entre mi profesión hay de todo, como en la de los agricultores, los médicos, los abogados o los mecánicos del automóvil. Entre los economistas hay gente sin escrúpulos que a pesar de saber que lo que recomiendan tendrá consecuencias muy dolorosas para una parte importante de la población, no les tiembla el pulso. Algunos de ellos tienen hasta un premio Nobel. Pero también hay gente que defiende la equidad, la justicia, la igualdad, la solidaridad y el bienestar de los seres humanos, como principios prevalentes a la codicia, incluso en su acepción benevolente de maximización del beneficio, o la competitividad sin más objetivo que el enriquecimiento personal o corporativo.
Manuel Tovar, por su coherencia personal y profesional, es una voz especialmente cualificada para hablar sobre la crisis económica y financiera que golpea al país y reflexionar sobra las posibles alternativas que se presentan ante un rescate que muchos consideran catastrófico para la economía.
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