martes, 6 de abril de 2010

Por nuestra monas, por nuestros panaderos y nuestras tradiciones

Salir al campo a merendar y comerse una torta de pan dormido con huevo (hornazo o mona) o sin huevo el lunes y martes después del domingo de Resurrección es una costumbre muy arraiga en Cieza, de forma similar a otras muchas localidades de España (principalmente Cataluña, Valencia y Murcia). Es el lunes y el martes de mona. De todo esto sabe mucho nuestro vecino Manolo Garcia propietario y fundador de la conocida Panadería y Repostería Manolo. Son 65 años vinculados a las monas, primero viéndolas en su casa, luego comiéndolas en los montes cercanos a Cieza (principalmente la Atalaya y el Morrón), y ahora haciéndolas. También son desde hace muchos años mis monas, las que me acompañan todos los lunes y martes de Pascua, tal y como ocurrió ayer lunes y tal y como está previsto que ocurra hoy martes.

Manolo Garcia es uno de los buenos panaderos que tiene Cieza. Toda una vida dedicada al trabajo y a la familia; una forma personal de vivir y disfrutar de la vida. A los 15 años se coloco de aprendiz en la Panadería Lagarto del Cabezo (1960); ahí empezó su aprendizaje. Tres años después paso como oficial a la Panadería Ricardo en el Muro; fue ahí cuando empezó a hacer las primeras monas (1963). Luego vino un breve paréntesis laboral durante el que estuvo trabajando en la fábrica de esparto de Don Pedro Piñera (Camino de la Fuente) tras el cual se coloco en la Panadería de Cocina donde trabajo ocho años.

Y fue en 1972 cuando se estableció por su cuenta fundando lo que lo hoy conocemos como Panadería Repostería Manolo. En esa fecha compro por traspaso la panadería “Cagancho” situada en el Paseo, donde estuvo 20 años. Allí ya hacia monas “por un tubo”. En 1992 por obras paso a la calle Arquitecto Muguruza, 8 donde se ha quedado definitivamente, y donde hace monas “por dos tubos”. ¿Cuál es el secreto de las monas?: Cada panadero tenemos nuestro particular secreto pero sin duda uno de los principales es la calidad de la materia prima con la que se hacen; del horno solo puedes sacar lo que metes: para sacar calidad tienes que meter calidad (antes y después del horno).

Manolo García es uno de los panaderos que ha sabido adaptarse perfectamente a los nuevos tiempos manteniendo la elaboración artesanal. Se puede vivir de la panadería pero te tienes que dejar la piel; tienes que adaptarte, tienes que saber lo que quiere la gente, adatarte a las nuevas costumbres y formas de vida. Por ejemplo, la gente quiere llevarse pan caliente, recién hecho y aquí se lo damos: estamos sacando pan desde media noche hasta el medio día. Especialmente llamativo es la gran variedad de pan y de repostería que oferta (una pequeña muestra se puede ver en los mostradores); especialmente orgulloso esta de su pan de Montaña, es como oro molido, a los tres días está mejor que el primer día; o su pan de cebolla o agua, o sus empanadillas… miles de productos con una receta original y propia que ha ido madurando durante los años y que ahora está pasando a su hijo Juan Carlos.

De sus cuatro hijos (José Domingo, Manolo, Juan Carlos y Antonio) va a ser Juan Carlos el que va a seguir la tradición familiar. Es el que ha querido seguir con la empresa; Manolo tiene muy claro que si cualquiera de los otros tres hijos hubiera querido ser panaderos lo hubieran sido pero en la otra parte del pueblo; para él es muy importante que se puedan juntar toda la familia y que se puedan dar un abrazo.

¡¡Por nuestros panaderos, por vecinos como Manolo y Josefa (su mujer)!!

1 comentario:

Eva Navalón dijo...

Me encanta este post. Todo un homenaje a lo tradicional que, siempre nos pasa desapercibido. Y mis felicitaciones para Manolo, trabajador nato que además hace un pan excepcional.