jueves, 3 de octubre de 2024

Un sueño, un libro, dos ríos

El Puente Carlos de Praga, bajo el sol de mediodía, era un hervidero de turistas. Sofía y Dani, ajenos al bullicio, se dirigieron hacia la estatua de San Juan Nepomuceno. Allí, con el Moldava fluyendo a sus pies, comenzaría la primera fase de su plan: preparar "El sueño de una vida" de Shirin Klaus para su viaje en solitario.

Con cuidado casi reverencial, depositaron el libro en un recipiente transparente, biodegradable y muy resistente, capaz de soportar los golpes y la fuerza del agua. La portada, curtida por las aventuras compartidas en Asturias, Colombia y Panamá, parecía vibrar con la promesa de nuevas experiencias. Dentro, junto al libro, colocaron un ramillete de flores secas que habían recogido en un prado asturiano. Dani, con manos temblorosas, ató un hilo rojo alrededor del recipiente, como si se tratara de un regalo precioso.
 
Sofía, con una sonrisa, deslizó dentro la nota: "Este libro busca un corazón aventurero. Si lo has encontrado, quizás también hayas encontrado algo más... Después de leerlo, mételo otra vez en el recipiente y arrójalo a un mar o río que sea especial para ti para que siga su viaje en busca de otro amante de los libros."
Cerraron el recipiente, asegurándose de que quedara hermético. 
 
El libro, perfectamente visible a través del material transparente, flotaba en su interior como un tesoro esperando ser descubierto. Con esta imagen grabada en sus retinas, abandonaron Praga, llevando consigo el recipiente y la promesa de una segunda fase, la de la liberación.
Dos días después, las aguas grises del Danubio los recibían en Budapest. A bordo de un pequeño barco, se acercaron al imponente Puente de las Cadenas. El ambiente era diferente, cargado de una solemnidad que contrastaba con la alegría de Praga. Al pasar bajo el arco del puente, sintieron que había llegado el momento de la despedida.
Con un nudo en la garganta, Sofía y Dani arrojaron el recipiente al río. Impulsado por la corriente, comenzó a navegar a la deriva, con el libro flotando visiblemente en su interior, como un mensaje en una botella esperando llegar a su destinatario. El Danubio, con su fuerza implacable, lo llevó consigo.
 
"El sueño de una vida" iniciaba así su viaje en solitario, llevando consigo no solo las historias impresas en sus páginas, sino también el eco de los susurros de amor de Sofía y Dani, de sus risas y de sus sueños compartidos. Y con la esperanza de que, en algún lugar del mundo, otro corazón aventurero lo encontrara y continuara escribiendo su historia.


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