¡Ya está aquí!; diez meses esperando este momento: ha llegado a casa Alal Mohamed Moulud, niño saharaui de nueve años. Ayer al medio día salió de los campamentos de refugiados (Aiun) hacia el aeropuerto de Tinduf (punto de salida y entrada a los Campamentos de Refugiados Saharauis). A media noche, tras casi doce horas en el aeropuerto, despega el avión hacia España con una escala técnica en el aeropuerto de Oran. Esta mañana han llegado al aeropuerto de Alicante; desde ahí hacia Cieza. A la una ha llegado Alal a casa después de más de 20 horas de viaje; se le ve cansado pero especialmente feliz. La bienvenida, los abrazos, la llamada a los padres (Mohamed y Nayaf); la comida y muchos proyectos para esta tarde: poner a punto la bici, comprar ropa, ver a los abuelos… Ahora mismo duerme tranquilo….
Comienza otro verano muy diferente para él y para nosotros. Dos meses con nosotros (hasta el 9 de septiembre). Este es el tercer verano que pasa con nosotros (ver entra en este blog la llegada y la despedida del año pasado; y ver álbum de fotos del año pasado). Para Alal aquí no hace calor; deja a tras el desierto más duro del mundo: la Hamada en el sur de Argelia; es un lugar inhóspito, donde se alcanzan en verano los 55 ºC y donde no existía ningún tipo de vida hasta la llegada de este pueblo. Son más de 200.000 refugiados que desde 1975 viven desplazados de su tierra. Este es el pueblo Saharaui que forma parte de ese grupo de pueblos sin tierra, que por motivos políticos han sido arrancados de sus orígenes y buscan poder tener de nuevo ese derecho. Desde hace más de 30 años esta población sobrevive en condiciones durísimas en la parte más inhóspita del desierto, dependiendo de la solidaridad internacional, principalmente del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de las ONGs.
Este es el Programa Vacaciones en Paz que desde 1991 hace posible que los niños saharauis en el exilio puedan vivir durante los meses de julio y agosto una vida diferente acogidos en hogares de familias españolas. Este año son 180 los niños saharauis los que han llegado a nuestra región, doce de ellos a Cieza. Durante estos dos meses Alali, los niños saharauis, conocerán otra cultura, continuaran aprendiendo otro idioma, se alejarán de los rigores del desierto, pasaran las revisiones médicas habituales para niños de su edad, etc. Pero no se trata solo de una actividad humanitaria, es también un apoyo a la causa saharaui. Una causa que al dilatarse en el tiempo hace que los focos de la atención internacional se vayan apagando poco a poco.
viernes, 9 de julio de 2010
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