Esta semana se ha podido visitar nuestro viejo Convento; el Convento de los Franciscanos Descalzos de San Joaquín que el rey Carlos II ordenara construir en 1671 como morada de los monjes franciscanos y que a partir de ahora alberga la biblioteca municipal, la hemeroteca, el archivo del municipio y varias salas más para lectura, acceso a Internet, usos múltiples, etc.
Si sus viejos e ilustres moradores levantaran la cabeza seguro que habría opiniones para todos los gustos. Estarían los que se alegrarían al comprobar que se ha intentado conservar la esencia del edificio; estarían los que se sentirían complacidos por el uso al que está destinado. Y seguro que también estarían los que considerarían bastante innecesarias y superfluas la mayor parte de elementos tanto internos como externos que se le han añadido. Aunque seguro que también tendrían bastante claro que el tiempo pasa de forma inexorable y que la mano del hombre puede llegar a ser más destructiva que cualquier fuerza natural; alguien les contaría los sucesivos usos y trasformaciones que ha experimentado este edificio a lo largo de su historia, y también les informaría que en los últimos tiempos ha llegado a estar al borde de desaparecer para ser trasformado en Casa Consistorial. Tras conocer la historia seguro que buena parte de esos moradores tendrían un pequeño gesto de reconocimiento y de gratitud a la iniciativa del colectivo Trascieza y del Club Atalaya-Ateneo de la Villa que fue capaz de movilizar a buena parte de los ciezanos recogiendo más de 5.000 firmas para evitar su demolición.
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