viernes, 16 de enero de 2009

Alfaqueque Ediciones: compromiso social y cultural

Casi dos horas de charla tranquila y relajada pero intensa y apasionada con Fernando Fernández Villa (El Fígaro) hablando de libros, lectores, lectura, ediciones de libros…. Un tiempo muy corto pero suficiente para comprender el auténtico alcance de Alfaqueque Ediciones, una editorial muy singular; un sueño que se ha ido fraguando durante años y que ahora cuando Fernando ha alcanzado la madurez personal e intelectual se ha podido hacer realidad. Estamos ante una aventura muy bien pensada, preparada y cuidada; capaz de sortear obstáculos y adversidades; capaz de dejar en un segundo plano tanto los recursos humanos y materiales como la ubicación geográfica; capaz de abrirse camino desde la base y apartarse de las grandes superventas; capaz de servir de correo entre culturas y editar desde la tolerancia, el rigor y el compromiso social y cultural.

Fernando Fernández Villa, el hombre del silencio y de las estrellas, tal y como lo define el escritor Ignacio Borgoñós:
Hay un hombre en Cieza de gran iniciativa, un hombre que viene de las estrellas, encaramado en la luna literaria, arriesgado, suicida, hacedor de la asombrosa idea de crear una editorial desde aquí, tan lejos de los cenáculos barceloneses y madrileños, que es donde se cuece todo; capaz de publicar a autores hispanoamericanos vivos, de publicar calidad, compromiso; una labor tan bella y misteriosa como la selva de Panamá. Su editorial, la que los engrandece a ustedes, los ciezanos, insufla verdaderas palabras de adviento para el crudo invierno que atraviesa la Literatura, desprestigiada por el terrorismo que ejerce el mercado. Por nombre, él tiene el de Fernando Fernández Villa, hijo de vecino, docente, con perilla de talco; su editorial es Alfaqueque: algo así como el que redime cautivos en virtud de nombramiento conferido por la autoridad competente. En el caso de Fernando, lo que redime son libros, libros cautivos, presos de su anonimato, de su infortunio editorial, todo ello con una profesionalidad exquisita, con presentaciones de autores y obras en Madrid, Sevilla, Oviedo. Sólo tienen que sostener entre sus manos un libro de la editorial, pregunten a su librero por Alfaqueque, de Cieza, sí de Cieza ¿y por qué no? Ante el misterio de cómo se sufraga la editorial, queda la certeza de su cometido. Fernando está ahora al principio de su carrera como editor, pero éxitos como El corrido de Dante, de Eduardo González Viaña o Los parientes de Ester, de Luis Fayad, que son los dos libros que le he leído, me han dejado tan atónito, que para un escritor como yo es digna de admiración una empresa tan quimérica y arriesgada como ésta, donde lo menos que podía hacer es dar rienda suelta a mi incontinencia escrita y decirles a todos ustedes a través del blog de Conrado, que tienen allí una joya editorial. Cuídenla, no la vayamos a fastidiar ahora que son pocas las que apuestan por la Literatura de verdad y no aquellas que entregan sus propios premios concedidos de antemano. Ya les digo, este editor hace una labor bella y misteriosa como la selva de Panamá, extraña como si acabara de llegar de la luna.

Por los libros, por la lectura y por Cieza le deseo lo mejor a Fernando, ciezano e hijo de ciezanos, quien tiene muy claro el horizonte y camina por sendas complicadas pero que le llevan en la buena dirección.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Conrado, gracias Ignacio.

No sé si me lo merezco pero, en cualquier caso, un millón de gracias.

Paco Marín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paco Marín dijo...

Suscribo de la A a la Z lo firmado por Ignacio Borgoñós. Y, también, me hubiese gustado hacer el video. Felicidades a los dos. Larga vida al rescatador de cautivos.

la sierpe y el laud dijo...

Desde nuestro lado, ese que nació hace ya 29 años CIEZA, y que situa su orgullo en el trabajo por la literatura sincera, el conocimiento que nos ha aportado de gentes de la cultura y sus productos literarios y ediciones,desde LA SIERPE Y EL LAÚD, ¡ENHORABUENA, FERNANDO!.
LA SIERPE Y EL LAÚD