Ayer fue la despedida de los niños saharauis del programa de Vacaciones en Paz 2013 en Murcia; entre ellos estaba Alali Mohamed Moulud que ha pasado su sexto verano en Cieza con nosotros. Quizás a estas horas ya estén llegado a su destino en los campamentos de refugiados saharauis, a esa tierra prestada, donde les espera la familia y amigos. Quedan atrás dos meses, y para nosotros seis veranos, maravillosos que han pasado como un suspiro pero que han calado muy hondo como si hubiera sido toda una vida. Quizás sin saberlo y sin proponérselo, cada verano Alali ha sido el capitán del barco; hasta el más mínimo detalle ha girado en torno a él.
Llego sin cumplir los siete años y ahora ya tiene los trece recién cumplidos; de mayor quiere ser médico. Está claro que este es su último verano en España; quizás no lo volvamos a ver o quizás sí; es complicado anticipar el futuro. Los abuelos son los que salieron con sus hijos hacia el exilio; después de casi cuarenta años, sus hijos son ahora los padres de los niños que llegan a España. Jóvenes para los que el futuro es una absoluta quimera. Ahora son como títeres cuyo destino manejan otros.
Un mar de emociones y sentimientos con sensaciones entremezcladas; unas veces de frustración y otras de euforia, unas veces de alegría y otras de tristeza, siempre rabia contenida y sensaciones de impotencia. Los intereses económicos y políticos son los que prevalecen. Al final un mar de arena, la indiferencia internacional y miles de familias que seguirán acogiendo niños el próximo verano.
martes, 3 de septiembre de 2013
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1 comentario:
Genial el blog, y el articulo mas todavia!
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