Un estudio del Observatorio Estatal de Convivencia Escolar sobre la calidad de la convivencia en las escuelas y los obstáculos que se presentan para lograrla aporta elementos importantes para la reflexión, el debate y la toma de decisiones. ¿Qué es lo que pasa en nuestras aulas?. El titular del reportaje del País es claro y contundente El racismo cala en las aulas. Dos tercios de los alumnos rechazan trabajar junto a marroquíes y gitanos.
Este mismo reportaje incluye distintos puntos de vista de expertos que aportan importantes elementos para el debate, la reflexión y la toma de decisiones: Estos resultados "no hacen más que corroborar la reproducción de discursos racistas de los adultos hacia grupos muy estigmatizados por la sociedad". "La escuela es un pequeño microcosmos que responde a la sociedad de alrededor". Se está viviendo un momento de "resaca" ante la inmigración, "alentado por el debate político y la crisis económica". Lo que le inquieta es que los colegios suelen ser "disciplinados en lo formal", esto es, políticamente correctos a la hora de hablar de tolerancia y respeto, pero que el simple discurso "no garantiza, en absoluto, que la escuela preste esa ayuda". Además, uno de cada cuatro (maestros) piensa que la tolerancia y el respeto a las culturas no se incluye dentro de su formación contra la violencia.
Sin duda, un buen diagnóstico y análisis de la situación es muy importante. Y saber qué hacer también. La realidad de Cieza la convierte en privilegiada en este sentido tanto desde un punto de vista sociológico como de iniciativas y experiencias excepcionales que se están llevando a cabo pero que son casi desconocidas. ¿Qué esta pasando en Cieza?.
En los poquísimos años de experiencia que tengo en las aulas, he podido observar que los alumnos más rechazados son los marroquíes, los gitanos/rumanos y los provenientes de los países del este en general -alumnos de entre 14 y 17 años-. Sin embargo -es propia experiencia, solamente-, los alumnos españoles parece que no recelan tanto de los sudamericanos.
ResponderEliminarQuizá sea que hablar el mismo idioma crea una especie de lazo/vínculo invisible entre ellos que los hace sentirse más próximos.
Juan Piñera.